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DISCRIMINANDO CUÁNDO NO ES CONVENIENTE SER ASERTIVO

 

DISCRIMINANDO CUÁNDO NO ES CONVENIENTE SER ASERTIVO

Si decides ser asertivo, habrá costos y contraindicaciones; y por eso,

tendrás que sopesar ventajas y desventajas. Al final, serás tú quien elija si los principios

pesan más que las consecuencias negativas o no.

Un estudiante de trece años prefirió denunciar por acoso sexual a uno de sus profesores

antes que guardar silencio, aun a sabiendas de que su puesto en el colegio corría peligro.

Finalmente, el rector expidió una resolución por medio de la cual se retiraba al alumno

del plantel por carecer de “espíritu conciliador y religioso”. El joven, que había obrado a

voluntad, asumió valientemente la injusta resolución. Hay cosas que no se negocian.

Tipos de contraindicaciones donde no es recomendable ser asertivo.

1. Cuando la integridad física puede verse afectada

En medios sociales altamente violentos, donde la vida ha dejado de ser un valor, es

necesario reservar la asertividad sólo para momentos donde la integridad física no corra

riesgos. Nadie con uso de razón se le ocurriría ser asertivo con alguien que le está

apuntando con un revólver: “Señor, quiero sentar una enérgica protesta por su conducta

delincuencial y atentatoria de mis derechos como ciudadano”.

Volvemos otra vez al balance y a las consideraciones sobre lo que es vital para el

individuo y lo que no vale la pena. Existen casos en que el afectado decide que el riesgo

es justificable por motivos ideológicos, religiosos o de otro tipo, y acepta ser asertivo, a

pesar del costo. Habrá otros en los cuales el balance no justifica poner en riesgo la vida y

es mejor reservar la asertividad para otros momentos.

2. Cuando se puede lastimar innecesariamente a una persona

Si la asertividad puede lastimar a otra persona de manera innecesaria, la decisión debe

revisarse. Las personas que derraman sinceridad ácida por los cuatro costados son

insoportables. No se trata de eso. La insensibilidad por el dolor ajeno no se compadece

con la defensa de los derechos. Una paciente se ufanaba de haber sido asertiva con su

empleada de servicio porque le había dicho que el vestido que esta había comprado con

esfuerzo y ahorro sostenido, era horripilante. La sinceridad puede ser la más cruel de las

virtudes, cuando se la priva de excepciones. ¿Qué necesidad tenía? ¿Acaso era vital?

Poseemos la facultad de elegir y es la que debemos poner a funcionar correctamente en

la asertividad. Poseemos un punto de control interno que nos lleva a dirigir nuestra

conducta y a seleccionar lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto: eres el último

juez de tu propia conducta, organizas tu destino y tienes en gran parte el control de tu

vida.

3. Cuando haya un costo social significativo

Un punto que impresiona a los que comienzan a ensayar la conducta asertiva es el costo

social. La sorpresa es mayúscula, porque la cantidad de “amigos” suele reducirse a la

mitad. A mucha gente le disgusta la honestidad directa, así sea empática y moderada, por

eso, la mayoría de las personas asertivas tiene pocos, pero buenos amigos. Si una

persona es muy dependiente de la aprobación y considera la adecuación social como un

valor altamente deseable, la asertividad puede resultarle francamente desagradable.

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