1. Entiende la dependencia de tu infancia. Siente el niño
dependiente en tu interior
Debes aprender cómo aprendiste
este patrón:
¿Quién te fomentaba la
dependencia en tu infancia?
¿Era tu madre la que tenía
miedo de dejarte hacer cosas por ti mismo?
¿Era tu padre el que te
criticaba las cosas que hacías sin él?
¿Eras el más pequeño de la
familia y fuiste el niño para el resto?
¿Qué es lo que te ocurrió?
Explora tus recuerdos de la
infancia. Un buen punto de partida es el sentimiento de dependencia actual.
Cualquier momento en el que te sientas dependiente puede servirte para hacer un
ejercicio de imaginación.
Se requiere un lugar tranquilo
para evocar estos sentimientos del pasado.
Cuando tengas un recuerdo,
intenta recordar lo qué sentías cuando eras niño. Este niño todavía vive en ti
y tiene miedo. Intenta consolarlo y motivarlo. Apoya a los esfuerzos del niño
cuando intenta hacer las cosas solo. El niño dependiente que está en tu
interior necesita un cierto tipo de ayuda que tú le puedes dar. Aprende a dar
soporte a tus propios esfuerzos y caminar hacia la independencia.
2. Haz una lista de las situaciones cotidianas, las tareas,
las responsabilidades y las decisiones en las cuales tú dependes de las otras
personas.
Haz explícita la amplitud de
tu dependencia. Esto te aportará un punto más objetivo. Por ejemplo, si tus
padres te dan un lugar para vivir, trabajo, coche, comida, lavandería, dinero,
planifican tus vacaciones y tus días de fiesta.
3. Haz una lista de las tareas, cambios o fobias que has
evitado porque los temes
Haz una lista de las tareas
que evitas. Intenta incluir aspectos de todas las áreas de la vida.
4. De forma sistemática, fuérzate a tomar las decisiones y
hacer las tareas sin pedir que te ayuden.
Emprende las tareas o haz los
cambios que has estado evitando. Empieza primero por las tareas fáciles.
Utiliza las dos listas que has hecho anteriormente para esbozar tu propio
proyecto. Puntúa el nivel de dificultad de cada una en una escala del 0 al 10
Por ejemplo, en caso de ir a
comprar sola: planificamos cómo lo llevaríamos a cabo en cada uno de los
diferentes y posibles escenarios de esta situación. Si se empieza a tener
pánico, hacer ejercicios de respiración profunda para controlar los síntomas
físicos. Si empieza a tener pensamientos catastróficos, hay que ponerlos en
duda y corregirlos. Si desea correr y huir de la situación, se dirá a sí misma
que podrá afrontarla. Hay que examinar cada posibilidad y plantear lo que
harías si ocurriera.
Es importante conseguir
superar un nivel antes de hacer tareas más difíciles, para que, poco a poco,
conseguir sentirse competente y eficaz. Tienes que tener una sensación de
control.
5. Cuando consigas hacer una tarea tú solo, reconócete el
mérito. No lo minimices. Cuando falles no desesperes. Continúa intentándolo
hasta que seas capaz de superar las tareas.
Es importante que aprecies lo
que vas consiguiendo. Tiendes a pensar que no mereces darte importancia porque
ya deberías ser capaz de hacer esas cosas.
Sé realista cuando hayas
conseguido completar un aspecto. Habrá algunas cosas que hiciste bien, y otras
cosas que no fueron tan bien. Intenta reconocer tus logros y aprende de tus
errores.
Podrías tender a ser crítico
contigo mismo si has tenido un padre crítico. Si te desprecias, deja de hacerlo
y valórate. Esta es una parte importante del autocuidado que debes aprender a
hacer porque te permitirá avanzar y construir un sentido de competencia.
6. Revisa las relaciones pasadas y clarifica los patrones de
dependencia a los que recurriste. Haz una lista de trampas vitales que debes
evitar.
Anota en una lista las
personas que han sido importantes en tu vida. Incluye a tu familia, amigos,
parejas, profesores, jefes y compañeros de trabajo. Revisa cada relación por
partes. Revisa tu dependencia.
¿Por qué buscaste a esa
persona y qué conducta seguiste que fomentaba tu dependencia? ¿Cuáles son las
trampas vitales que evitas?
En esta lista anota aquello
que has hecho mal en tus relaciones. Una vez seas consciente de tus trampas
vitales, podrás corregirlas.
7. Evitar
las parejas fuertes y sobre protectoras que te generan una intensa atracción.
Se trata de evitar las parejas
por las que te sientes más atraído. La atracción puede ser más intensa con aquellas
personas que activan su trampa vital. Es probable que seas propenso a
enamorarte de parejas a las que les gusta dominarte y protegerte, y que te
estimulan a recurrir a un rol dependiente.
8. Cuando
encuentres una pareja que te trate de igual a igual, dale a la relación una
oportunidad para que funcione. Asume compartir las responsabilidades y la toma
de decisiones.
Te vas a encontrar con que
sientes poca atracción por las parejas que te fomentan la independencia y la
autonomía o que la atracción se desvanece con el tiempo.
Cuando encuentres una pareja
que te quiera tal como eres, intenta que funcione y resístete a sabotear la
relación.
9. No te
quejes cuando tu pareja o tu jefe rechaza ayudarte lo suficiente. No le pidas
consuelo constantemente. Debes darte cuenta de que las personas no deben cuidar
de ti y que esperan que lo hagas tú mismo. Ahora, lo primero que deberías
trabajar es tu impulso de pedir ayuda cuando tienes un problema.
Cuando intentas hacer las
cosas tú solo, tendrás la necesidad de buscar a alguien para saber que tu
enfoque es correcto y tranquilizarte. La búsqueda de esta tranquilidad es como
una droga que reduce tu ansiedad de actuar solo. Necesitas prescindir de esta
droga y tolerar la ansiedad de hacerlo. La ansiedad pasará. Ten confianza
porque llegará el día en que funciones sólo con la mínima intensidad.
10. Emprende
nuevos retos y responsabilidades en el trabajo, pero hazlo gradualmente.
Amplia las habilidades en el
trabajo sistemáticamente. No te pongas retos muy altos que provoquen tu
fracaso: no aceptes inmediatamente demasiadas responsabilidades. Intenta
controlar el proceso de desarrollo.
11. Sí
eres contradependiente, reconoce que necesitas alguna guía. Pide a los demás
que te ayuden. No emprendas más retos de los que puedes manejar. Utiliza el
nivel de ansiedad como indicador.
Los terapeutas nos convertimos
en las primeras personas de las que puede aceptar ayuda. La paciente se
permitirá ser vulnerable con nosotros compartiendo la parte de sí misma que es
débil e indecisa, la niña interior dañada y agotada. Esto al principio la
pondrá muy nerviosa, pero al valorar que puede confiar en nosotros, asume el
riesgo y se permite ser dependiente. Nosotros cuidamos y apoyamos esa parte
dependiente que es saludable y la paciente aprenderá a cuidar esa parte de sí
misma con ejercicios de imaginación.
Gradualmente la paciente se
permitirá dirigirse a los demás para pedir ayuda. Si tiene que confiar en
alguien de esta manera, deberá asegurarse de que es una persona digna de
confianza. No debe elegir sus compañeros de manera insensata. No debe escoger a
la persona a menos que esté seguro de que estará a su lado cuando lo necesite.
Tendrás que conseguir el
control de todos los desafíos que tomes en tu vida. Utiliza el nivel de tu
ansiedad como indicador; si sube por encima de los niveles en los que te
sientes cómodo, significa que te estás exigiendo demasiado; debes dejar alguna
de las responsabilidades. Por ejemplo, si te sientes intensamente nervioso con
un amigo o con un compañero de trabajo, valora esto como un signo de demasiada
implicación en intentar ayudarlo y dar consejo. Entonces, retrocede y céntrate
en tu propia vida.
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