EL CIRCUITO MESOLÍMBICO DOPAMINÉRGICO: VÍA COMÚN DE LA
RECOMPENSA
Todos los fármacos que pueden dan lugar a adicción aumentan
la DA en el estriado ventral, también denominado nucleus accumbens.
Además de ser la vía final común de refuerzo y recompensa en
el cerebro es también la vía que estaría sobreactivada en la psicosis y
mediaría los síntomas positivos de la esquizofrenia.
La DA ha sido reconocida desde hace mucho tiempo como el
actor principal en la regulación del refuerzo y recompensa. Específicamente, la
vía mesolímbica desde el área ventral tegmental (AVT) al nucleus accubens
parece ser crucial para la recompensa. Las actividades de recompensa natural,
como grandes logros o disfrutar de una buena comida, pueden provocar un rápido
y sólido aumento de DA en la vía mesolímbica. Las drogas de abuso también
causan una liberación de DA en esta vía. De hecho, las drogas de abuso aumentan
la DA de una manera más explosiva y placentera que lo que ocurre naturalmente.
Desafortunadamente, a diferencia del “subidón natural”, la activación causada
por drogas de abuso puede llegar a causar cambios en los circuitos de
recompensa que están relacionados con un círculo vicioso de preocupación por
obtener la droga, ansias por el consumo, adicción, dependencia y abstinencia.
Esta conceptualización tiene similitudes con muchos trastornos
impulsivos-compulsivos como el juego patológico. Es decir, los individuos con
estos trastornos experimentan tensión y activación en anticipación de la
realización de la conducta y humor disfórico (pero no abstinencia fisiológica)
cuando no pueden realizar la conducta. Además, el placer y gratificación que se
experimenta inicialmente cuando se realiza la conducta parece disminuir con el
tiempo, quizás requiriendo una “dosis” aumentada (p.ej., apostar más dinero)
para lograr los mismos efectos (como la tolerancia).
A diferencia de la subida natural, una recompensa inducida
por drogas puede provocar una cascada de neuroadaptación en el circuito del
estriado ventral, de modo que la subida inicial provocada por el uso inicial de
la droga lleva a la abstinencia, ansias por el consumo (craving), preocupación
por conseguir la droga, entrando así en un círculo vicioso de abuso, adicción,
dependencia y abstinencia.
No todo el mundo que toma una droga una vez se hace adicto a
ella debido a que algunas drogas parecen ser intrínsecamente más adictivas que
otras. Por otro lado, algunos individuos
podrían ser más impulsivos por naturaleza o tienen un sistema de recompensa
genéticamente disfuncional. Parece que los rasgos y un sistema de recompensa
disfuncional podría conferir una propensión hacia el uso y abuso de drogas y
cuando las drogas se consumen frecuentemente, el uso impulsivo puede involucrar
al sistema de hábitos quizá en algunos individuos más que en otros,
desencadenando neuroplasticidad en el circuito de la compulsividad, que
hipotéticamente es el medio por el que el consumo de droga finalmente se hace
compulsivo en algunos individuos.
Regulación de la recompensa mesolímbica por los
neurotransmisores
Se cree que la vía final común de la recompensa en el cerebro es la vía
dopaminérgica mesolímbica. Esta vía es modulada por muchas sustancias naturales
en el cerebro para entregar el esfuerzo normal a las conductas adaptativas
(como comer, beber, el sexo) y producir entonces “subidones naturales”, como
sentimientos de alegría o logros. Estas entradas de neurotransmisores al
sistema de recompensa incluyen:
·
La morfina/heroína del propio cerebro (p.ej.,
endorfinas tales como la encefalina)
·
El cannabis/marihuana del propio cerebro (p.ej.,
la anandamina)
·
La nicotina del propio cerebro (p.ej., la
acetilcolina)
·
La cocaína/anfetamina del propio cerebro (p.ej.,
la DA)
Las numerosas drogas de abuso
psicotrópicas que se dan en la naturaleza se saltan los neurotransmisores del
propio cerebro y estimulan directamente los receptores del cerebro en el
sistema de la recompensa, causando la liberación de DA y un clímax artificial
consecuente. Así, el alcohol, los opiáceos, los estimulantes , la marihuana,
las benzodiacepinas, los hipnóticos sedantes, los alucinógenos y la nicotina
afectan a este sistema dopaminérgico mesolímbico, PFC, córtex prefrontal,
PPT/LDT, núcleos pedunculopontino tegmental y laterodorsal tegmental.
Bibliografía
Stahl, S. M. (2014). Psicofarmacología. Esencia de
Stahl. Bases neurocientíficas y aplicaciones prácticas. España: Aulamédica
formación en salud.
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