TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DE ANSIEDAD POR
SEPARACIÓN
Aunque se
considera conveniente tratar a un niño con TAS mediante la integración de
intervenciones psicosociales y farmacológicas, en el Centro Beatriz
consideramos que la medicación debería utilizarse en casos de gravedad, cuando
se considere que la psicoterapia cognitivo conductual no sea suficiente para
paliar o reducir los síntomas asociados al TAS
1)
Psicoterapia
Estudios
controlados han documentado la efectividad de la Terapia Cognitivo Conductual (TCC)
en el tratamiento del TAS y otros trastornos de ansiedad en la infancia y
adolescencia.
La TCC puede
ser individual, grupal y con modalidad que involucre a los padres o cuidadores
afectivos del niño. Las principales intervenciones terapéuticas conductuales
son:
·
Educación
afectiva
·
Uso de
técnicas cognitivas
·
Intervenciones
con exposición gradual con refuerzos positivos
·
Técnica de
relajación.
a) La educación afectiva se
refiere a que el niño ansioso aprenda a identificar y a comprender
mejor los
signos fisiológicos, conductuales y cognitivos que forman parte de la ansiedad
como emoción.
Este modelo
tripartito de la emoción le enseña al niño a distinguir entre sentimientos
excesivos y poco realistas de sentimientos armónicos y funcionales.
En el
proceso terapéutico el niño aprende un automonitoreo de sus sensaciones,
pensamientos y
respuestas conductuales, de modo de aprender estrategias
de enfrentamiento a la angustia que le sean más funcionales y adaptativas.
b)
La exposición gradual consiste
en que el niño paulatinamente y de manera protegida enfrenta
situaciones
temidas por él. Este proceso considera la habituación, principio
formativo que postula la declinación natural de la ansiedad asociada a
situaciones temidas, si el niño las enfrenta frecuentemente por períodos
prolongados de tiempo. Para un mejor resultado debe contarse con la cooperación
de una persona que contenga y tranquilice al niño durante la exposición a lo
temido.
El refuerzo positivo o premio,
se debe utilizar para alentar el esfuerzo del niño al cambio conductual y
complementa las otras técnicas del TCC
La participación de los padres en la terapia
de los trastornos de ansiedad mejora la reducción de los síntomas ansiosos al
compararlas con terapias conductuales en que los padres no participan
activamente.
2)
Farmacoterapia
La
farmacoterapia debería ser considerada en el tratamiento de los trastornos de
ansiedad si la sintomatología es severa o invalida notoriamente el
funcionamiento del niño, o en el caso de que de 6-8 semanas de psicoterapia
(considerando la intervención con los padres), no logró reducir los síntomas
ansiosos en el niño.
Los fármacos
de primera elección en el tratamiento del TAS son los inhibidores selectivos de recaptación de serotoninas (ISRS).
Los ISRS han demostrado su efectividad en el tratamiento de los trastornos de
ansiedad y los trastornos del ánimo por su efecto ansiolítico y antidepresivo.
Estudios controlados demuestran la eficacia y
la seguridad de los ISRS en niños y adolescentes con trastornos de ansiedad.
Dentro de
los ISRS se ha comprobado la eficacia de la fluoxetina en el tratamiento con niños, algunos pacientes que no han
respondido a intervenciones terapéuticas han presentado mejoría sintomática al
uso de este fármaco. Al igual que todos los antidepresivos y ansiolíticos
tienen efectos colaterales, aunque en este caso parecen ser leves y breves
La
sertralina y fluvoxamina, también fármacos ISRS, han demostrado ser más
eficaces que placebo en la disminución de síntomas ansiosos. Esta reducción
sintomática se ha asociado a mejoría clínica global.
Una segunda
línea de farmacoterapia puede ser los benzodiacepinas, tales como el alprazolam y el clonazepam. No hay suficientes
datos empíricos que demuestren la eficacia del uso de benzodiacepinas en el
tratamiento de los trastornos ansiosos en niños y adolescentes.
Ensayos
clínicos controlados no se ha observado diferencia significativa entre uso de
benzodiacepinas versus placebo en pacientes con trastornos ansiosos.
Estos medicamentos con efecto ansiolítico más inmediato, podrían ser utilizados
en conjunto con los ISRS mientras se espera que comience el efecto de estos
últimos (1 a 2 semanas). Por ser moléculas de vida media corta las
benzodiacepinas pueden ser
utilizadas en la mañana ya que reducen rápidamente la
ansiedad, por tanto ayudan al paciente a tolerar la partida al colegio cuando
el rechazo escolar acompaña a la ansiedad por separación.
Debido a sus
efectos adversos, como su potencial de dependencia, los
benzodiacepinas deben ser indicadas por períodos
cortos y con estricta supervisión.
Actualmente
los antidepresivos tricíclicos
como la imipramina, son de
escasa utilización debido a sus efectos adversos y su eficacia no demostrada en
comparación a placebo.
La duración
del tratamiento farmacológico para el TAS no está bien establecida, pero debería
ser lo suficiente para que la sintomatología del paciente se haya reducido, y
el entrenamiento en psicoterapia ya le permita ser capaz de modular su ansiedad
sin la necesidad del uso de fármacos. Al suspender la medicación
debe monitorearse una eventual recurrencia de la ansiedad
excesiva.
Referencia bibliográfica
Pacheco, B., & Ventura, T. (2009).
Trastorno de ansiedad por separación. Revista chilena de pediatría, 80(2),
109-119.
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