EL ESTRÉS
Selye (1936) introdujo
el término de estrés en el ámbito de la salud utilizándolo para designar la
respuesta general del organismo a un estresor o situación estresante.
Posteriormente, se ha aplicado el término tanto para designar una respuesta
general, como la situación que la desencadena o los efectos de ésta.
Ha habido unanimidad para atribuirle la responsabilidad de una gran
cantidad de trastornos psicológicos y fisiológicos: episodios depresivos o
brotes esquizofrénicos, disfunciones sexuales o problemas de sueño,
hipertensión o alteraciones del sistema inmunológico, deterioro del rendimiento
laboral o en la sensación de bienestar personal. Todos estos problemas y muchos
más parecen facilitarse, cuando no ser producto directo del estrés.
De un modo general, se
considera que una persona está en situación estresante o bajo un estresor
cuando ha de ha de hacer frente a situaciones que conllevan demandas
conductuales que le resulta difícil llevar a cabo o satisfacer. Es decir,
depende tanto del medio como de los propios recursos para enfrentarse a él
(Lazarus y Folkman, 1984) o, de las discrepancias entre las demandas del medio
internas o externas y la manera en que el sujeto percibe que puede dar
respuesta a esas demandas.
La respuesta de
estrés consiste en un importante aumento de la activación fisiológica y
cognitiva, lo que favorece:
·
Una mejora en la percepción de la situación y sus demandas
·
Un procesamiento más rápido y potente de la información
·
Una búsqueda de soluciones más eficaz
·
Una mejor selección de conductas
a la vez que prepara al organismo para
actuar de forma más rápida y vigorosa.
Sin embargo, la
sobreactivación de estos tres niveles fisiológico, cognitivo y conductual, es
eficaz hasta cierto límite, superado el cual tiene un efecto desorganizador del
comportamiento.
Por tanto, la
respuesta de estrés no es nociva en sí misma. Se trata de una intensa reacción
adaptativa que pone a disposición del organismo una importante cantidad de
recursos excepcionales.
Es más, las mejores
realizaciones se consiguen con esas condiciones en las que, en general, el
organismo con mayores recursos -o activación- realiza mejor, más rápido y de
forma precisa y duradera, las conductas necesarias. Si la respuesta es
demasiado frecuente, intensa, duradera puede tener consecuencias negativas.
El organismo no puede mantener mucho tiempo un ritmo constante de activación
por encima de sus posibilidades. Si se mantiene más allá del límite se
producirán deterioros a diferentes niveles:
Condiciones ambientales que generan estrés
1) Tipos y
características de los estímulos o situaciones estresantes
No es posible
establecer el valor objetivo de una situación para generar la respuesta de
estrés ya que depende de:
·
Las demandas de la situación
·
Las habilidades de la persona
Por tanto, puede
ser útil identificar qué es lo que convierte a una situación en estresante, o
qué características suelen compartir las situaciones estresantes.
Se pueden distinguir 2 tipos principales
de estresores:
a) Psicosociales
Situaciones o
estímulos que no causan directamente la respuesta de estrés, sino que se
convierten en estresores a través de la interpretación cognitiva o
el significado que la persona le asigna. Son los más frecuentes.
b) Biológicos
Situaciones o
estímulos que se convierten en estresores por su capacidad para producir en el
organismo determinados cambios biológicos o eléctricos que automáticamente
disparan la respuesta de estrés, con independencia de la
interpretación cognitiva que hagamos de esa situación.
Ambos tipos de
estresores pueden provenir tanto de estímulos externos a la propia persona como
de aspectos internos, pudiendo ser tanto eventos positivos o percibidos como
agradables como eventos negativos o amenazantes, aunque éstos últimos han sido mejores
predictores de consecuencias negativas para la salud.
Entre las
características que más comúnmente suelen presentar y que parecen colaborar a
hacer estresante una situación se encuentran:
§ Falta de información
§ Cambio en la situación o demandas estimulares
§ Incertidumbre
§ Ambigüedad en algún parámetro de la
situación estimular
§ Sobrecarga de los canales de procesamiento
§ Alteración de las condiciones biológicas
del organismo
2) Fuentes de estrés
en el ámbito natural
a) Sucesos vitales intensos y extraordinarios.
Hace referencia a
cambios importantes en la vida de las personas (casarse, ser abandonado por su
pareja, despido, accidente..)
En
los casos más extremos, esto es, cuando la persona experimenta acontecimientos
traumáticos que implican la amenaza, lesiones graves o muerte para el propio
sujeto o para otros, puede dar lugar a un trastorno por estrés agudo (de
duración 1 mes tras el trauma) e incluso a un TEPT Trastorno de estrés
postraumático diagnosticado un mes después de haber transcurrida la
experiencia).
a) Sucesos estresantes cotidianos
Se
trata de demandas irritantes, frustrantes y perturbadoras que en alguna medida
caracterizan las interacciones con el ambiente. Son múltiples situaciones que
se repiten en el quehacer cotidiano: aguantar un atasco, discutir...
b) Situaciones de tensión crónica mantenida
Situaciones capaces de generar estrés de
forma intensa o perturban durante períodos más o menos largos como una
enfermedad prolongada, mal ambiente laboral, estar en paro...
Los acontecimientos
estresantes cotidianas y la situación de tensión crónica mantenida se han
mostrado superiores en su capacidad predictiva del funcionamiento psicológico y
somático de los individuos y de su bienestar, aunque tradicionalmente se le ha
otorgado mayor importancia a los sucesos vitales internos.
3) Factores que modulan o mitigan los efectos
negativos del estrés
Respecto a las
condiciones ambientales destaca el apoyo social. De un modo más específico,
parece que la presencia de una serie de recursos sociales -pareja, familia,
amigos...- en el momento que se experimente una situación estresante reduce los
efectos nocivos de la misma.
Un modulador es la
presencia de situaciones de carácter positivo que acontecen en la vida
cotidiana -un buen descanso, oír buenas noticias...-que actuarían como “amortiguadores”
de los efectos negativos del estrés, aunque sus efectos, aunque sus efectos
moduladores distan de estar contrastados inequívocamente (Kanner et al, 1981).
Por otro lado,
Folkman, Lazarus y Schaefer (1979) consideran importante lo que denominan
recursos utilitarios -dinero, servicios sociales...-. No disponible en la misma
medida en todas las personas.
Bibliografía
Belloch, A.; Sansdín, B.; Ramos, F.
(2011).Manual de psicopatología. Volumen II. Madrid. McGrawHill
Buceta, M.J.; Bueno, A. M.; Mas, B.
(2001). Intervención psicológica y salud: control del estrés y conductas de
riesgo. Madrid. Dykinson
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