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HIPERRESPONSABILIDAD: EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO DEL “ATROPELLA Y HUYE”

 

HIPERRESPONSABILIDAD: EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO DEL “ATROPELLA Y HUYE”

Creo que cualquiera puede vencer el miedo haciendo aquello que teme,

con tal de que siga realizándolo hasta que obtenga

un historial de experiecias exitosas que le respalden.

–Eleanor Roosevelt

Una de las variantes más paralizantes del trastorno obsesivo compulsivo implica una preocupación obsesiva por la posibilidad de ser hallado responsable de atropellar, herir o matar a alguien mientras se conducía un coche. La variante del “atropella y huye” fue denominada así, y muy adecuadamente, por un paciente que lo sufrió durante mucho tiempo. Los sujetos que padecen esta forma del trastorno obsesivo compulsivo viven en una pesadilla de culpa, preocupación y terror cada vez que conducen.

Un simple bache en la carretera, un ruido o una sombra inesperados, un destello de luz pueden desencadenar palpitaciones cardíacas, retroceden, con un chirrido de neumáticos, al lugar en el que se cree que ha ocurrido el crimen/accidente. Cuando se tranquilizan al ver que no hubo accidente alguno, la ansiedad disminuye, aunque por poco tiempo. Los sentimientos intensos de duda y temor reinciden, imponiendo otro viraje en redondo hacia el lugar de “crimen”. El patrón puede repetirse muchas veces hasta que la persona se sienta “bien” y prosiga su marcha. Sin embargo, los sentimientos de duda y

ansiedad pueden persistir durante horas o incluso días.

Conducir cerca de escuelas, niños y ciclistas puede ser especialmente horripilante. Los baches y los topes de velocidad pueden sentirse como si fueran cuerpos que están tirados en la carretera, desencadenando la compulsión de comprobar si existen señales de daños. Las conductas de comprobació pueden llegar a extremos tales como mirar habitualmente los informes de accidentes de la policía local publicados en los periódicos, ver los noticieros de la televisión buscando específicamente información sobre accidentes locales y perseguir a las ambulancias hasta el lugar del accidente. Algunas personas

que padecen el trastorno obsesivo compulsivo del “atropella y huye” comprueban repetidamente la carrocería de su vehículo en busca de manchas de sangre o abolladuras.

Algunos sujetos pueden en realidad ponerse en peligro al salir de sus coches, en medio del tráfico, para comprobar los bajos del coche en busca de señales de peatones heridos. Se desconoce cuánta gente padece la variante del “atropella y huye” pero, por la experiencia anecdótica de los profesionales de la salud mental que tratan el trastorno obsesivo compulsivo, aparece como síntoma en alguna ocasión en hasta un 20% de los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo.

Parece afectar igualmente a hombres y mujeres.

Los pacientes del “atropella y huye” padecen un tipo particular de vergüenza y humillación referidos a su problema. Al igual que la mayoría de las personas con trastorno obsesivo compulsivo, son conscientes de lo irracional de su conducta y de que ésta carece de sentido –pero no pueden controlarla. Muchos, para conducir, recurren a llevar un “testigo” adecuado en el coche y otros evitan hacerlo por completo.

PROGRAMA AUTODIRIGIDO PARA EL TRASTORNO OBSESIVO

COMPULSIVO DEL “ATROPELLA Y HUYE”

Paso 1. Evalúe el problema del “atropella y huye”

Describa el problema en detalle respondiendo a estas preguntas:

·         ¿Con qué frecuencia se siente ansioso mientras conduce? (¿Todo el tiempo? ¿Rara vez? ¿Sólo se siente ansioso por otras cosas? ¿Cuándo

·         conduce solo?).

·         ¿Qué lugares y situaciones vinculadas con la conducción le provocan la mayor ansiedad y más miedo?

·         ¿Cuáles son los disparadores específicos de la ansiedad? (¿Baches?, ¿Peatones pasando cerca? ¿Niños caminado cerca? ¿Sirenas de emergencia?).

·         En general, ¿qué nivel de ansiedad experimenta cuando conduce? (Indique su nivel de USAs mientras conduce).

·         ¿Qué otros factores afectan al nivel de ansiedad que experimenta? (Por ejemplo la fatiga, el alcohol o un “testigo”).

·         ¿En qué grado evita conducir? (¿Todo el tiempo?, ¿algunas veces?, ¿rara vez? o ¿nunca?).

·         ¿Existen algunas circunstancias en las cuales evita conducir? ¿Lugares o situaciones que evite?

·         ¿Qué hace para aliviar la ansiedad cuando ésta se presenta? (Estrategias de neutralización: virajes, solicitar que se le tranquilice, comprobar señales de sangre o abolladuras en el coche, verificar la información sobre accidentes o telefonear al departamento de policía, entre otras).

Durante los siguientes siete días, utilice el siguiente formulario para registrar las situaciones reales vinculadas con la conducción. Anote:

·         las situaciones específicas que generan la ansiedad,

·         su nivel de USAs cuando conduce,

·         los pensamientos que desencadenan la ansiedad y la preocupación,

·         las conductas y rituales compulsivos que emplea para neutralizar la ansiedad (como la comprobación).

Paso 2. Elaborar una lista de exposición/ansiedad

Una vez que haya recopilado un registro de las situaciones que le alteran cuando conduce, emplee su formulario para conferirles un

orden, de las más estresantes a las menos.

______________________________________________________________

Situación que desencadena la ansiedadNivel USAs (0-100). Ejemplo

______________________________________________________________

1. Escuchar la sirena de la policía, ver a un coche policía 100

yendo a toda velocidad al lugar del accidente

2. Conducir junto a una escuela con niños caminando 95

3. Pasar conduciendo junto a un ciclista 95

4. Pasar sobre un bache 90

5. Salir del aparcamiento 85

6. Estacionar y salir del coche 80

7. Girar la cabeza mientras se conduce 75

8. Cambiar de carriles 75

______________________________________________________________

Paso 3. Efectúe la exposición y la prevención del ritual en las situaciones de su lista de exposición/ansiedad

Recuerde, la clave para superar la ansiedad vinculada con la conducción es la exposición a las situaciones que le provocan temor, combinado con el bloqueo de las conductas empleadas habitualmente para neutralizar la ansiedad, tal como realizar virajes, comprobar el coche y leer las noticias sobre accidentes. Empiece ahora con la situación menos estresante de su listado, practique reiteradamente tal circunstancia de la conducción sin llevar a cabo ningún ritual o compulsión que neutralice la ansiedad. Practique la situación un mínimo de 10 veces al día durante una semana. O bien hasta que pueda reconducir la situación a un nivel máximo de 20 USAs.

Estrategias de autodiálogo para confrontar los pensamientos

obsesivos y los impulsos de comprobación.

·         Pensamiento provocador de la ansiedad: No puedo tolerar no comprobar.

·         Auto diálogo alternativo: Puedo resistir la atracción y no comprobar. Si tan sólo espero, el impulso desaparecerá.

·         Pensamiento provocador de la ansiedad: Quizás atropellé o arrollé a alguien. Seguramente iré a la cárcel.

·         Auto diálogo alternativo: Se trata tan sólo de mi cerebro obsesivo compulsivo mandándome mensajes falsos. Son como los fantasmas y los duendes

·         parecen reales pero no lo son.

·         Pensamiento provocador de la ansiedad: Más tarde tendré que darme por vencido y comprobarlo.

·         Auto diálogo alternativo: Si lo compruebo eso sólo empeorará mi trastorno obsesivo compulsivo. En vez de hacer una verificación puedo hacer

·         ahora algo diferente.

Claves para liberarse

1. Cuando inicie la exposición y la prevención del ritual, anticipe que sus impulsos (como comprobar y virarse en redondo) de efectuar conductas neutralizantes serán muy fuertes en un inicio. Probablemente se sentirá peor antes de que empiece a mejorar. Con la repetición los impulsos se debilitarán cada vez más. La persistencia y la resistencia son la clave.

2. Es útil hacer uso de apoyos para simular la sensación real de golpear o pasar por encima de un obstáculo grande. Emplee sacos de 25 libras de arena o una sustancia similar para simular que se conduce sobre baches. Ir con los neumáticos desinflados o pasar sobre tablones también es valioso. Para simular que se golpea un cuerpo, emplee un maniquí almohadillado de algún almacén o una alfombra pesada enrollada. Haga que un amigo o ayudante mueva el maniquí o la alfombra en el coche mientras se mueve para simular la sensación de que el coche golpea un objeto pesado.

3. Asegúrese de repetir todas los ejercicios de exposición muchas veces cada día, con tanta frecuencia como sea preciso para reducir los USAs a menos de 20.

4. Si el impulso de neutralizar la ansiedad es demasiado fuerte durante sus exposiciones, acorte la distancia a conducir o haga que la tarea de exposición sea más simple y fácil de lograr. Cuando domine una tarea sencilla, pase a otra algo más complicada.

5. Tenga cuidado con el uso excesivo de (así como una dependencia exagerada en) los espejos retrovisores a modo de “señal de seguridad”.

6. Si usted tiende a neutralizar la ansiedad mediante el empleo de un “testigo”, efectúe a solas las prácticas de exposición siempre que ello sea posible.

7. Grabe un casete motivador con una duración de 5 a 10 minutos y con su propia voz. Acuda al capítulo 8 en busca de más instrucciones sobre cómo hacer esto. Ponga la cinta en su casete mientras conduce para que siga teniendo presente la necesidad de reetiquetar sus pensamientos obsesivos y resistir a sus compulsiones de comprobación.

“Soy ___ y padezco un trastorno obsesivo compulsivo. Vivo con el temor

de que seré castigado severa y perpetuamente por un error que cometeré mientras

conduzca –el cual le costará a alguien la vida. Este miedo me impide vivir

libremente mi existencia. Acepto que, para vivir sin miedo, debo confrontar y

oponerme a aquello que temo. Me he comprometido a hacerlo de todo corazón.

Ahora, mientras conduzco por la calle, soy consciente de toda la tensión de mi

cuerpo. Estoy soltando esta tensión en estos momentos, respirando profundamente,

relajando los músculos de las manos, brazos, hombros, cuello y piernas.

Tomo aire muy profundamente, lo exhalo lentamente. Tengo el control

total del volante del coche.

Debido al trastorno obsesivo compulsivo, soy extremadamente consciente

de todo lo que me rodea, de cada ruido, de cada persona que pasa cerca mientras

conduzco. Esta consciencia es excesiva y provoca tensión. Cuando un

temor obsesivo asalte mi cerebro, ¡puedo reetiquetar la idea de que es sólo un

pensamiento obsesivo! El pensamiento es sólo resultado de mi estropeada química

cerebral ¡y nada más! Proviene del cerebro obsesivo compulsivo, no del

lógico. Desde un punto de vista lógico siento que nada mala ha sucedido.

Sabiendo que esto es un pensamiento obsesivo puedo reaccionar a él de un

modo diferente. Puedo burlar el mensaje del trastorno obsesivo compulsivo

cuando lo trato como simplemente como una falsa indicación, mi cerebro obsesivo

compulsivo que envía ‘fantasmas y duendes’. ¡De este modo no les confiero

poder alguno sobre mí!

Si permito que el trastorno obsesivo compulsivo me engañe y reacciono a

sus imágenes y mensajes como si fuesen reales mi trastorno gana y se agrava

cada vez más. Si me entrego a este monstruo, sólo estaré alimentándole,

agrandándole, fortaleciéndole, dándole un mayor control. Gano yo cuando

resisto valientemente la atracción magnética del afán compulsivo. Y aunque

exista un gran malestar al no ceder al impulso compulsivo, si espero y lo resisto,

el impulso finalmente disminuirá por sí solo. ¡Estoy deseoso de librar la

batalla de mi vida y salir victorioso contra el monstruo! Odio tanto el trastorno

obsesivo compulsivo y mi compromiso de recuperarme es tan fuerte que

deseo arriesgarme a todo, poner todo en juego y no comprobar. Anhelo arriesgarme

y creer que no se trata más que del trastorno obsesivo compulsivo y que

no necesito comprobar nada. Tengo la elección de no entregarme. Estoy fortaleciéndome

y envalentonándome para empezar a hacerme responsable de mi

trastorno obsesivo compulsivo”.

El papel de la hiperresponsabilidad

El trastorno obsesivo compulsivo con la variante del “atropella y huye” tiene un importante componente en la hiperresponsabilidad. Como tal, es muy similar a otros tipos de hiperresponsabilidad obsesiva compulsiva, como por ejemplo la escrupulosidad y las compulsiones de comprobación que implican prevenir un daño y peligro para los demás.

En el núcleo de la hiperresponsabilidad obsesiva compulsiva se encuentra el sentimiento de que un oscura nube se halla siempre sobre uno. Es la sensación de que, a menos que uno se encuentre constantemente “en guardia”, de un momento a otro ocurrirá un desastre y la vida se tornará inevitablemente, en un horrible espectáculo de culpa y justo castigo.

Como conducir constituye una actividad que le coloca en una máquina de sobra conocida por causar dolor y muerte, es un caldo de cultivo perfecto para la hiperresponsabilidad obsesiva-compulsiva. Progresar con el “atropella y huye”, así como con todos los tipos de hiperresponsabilidad obsesiva compulsiva, requiere aceptar los riesgos inherentes a vivir plenamente la vida. La acción de tomar las riendas de la propia existencia puede ser estrangulada por el miedo y por la necesidad de controlar en exceso eventos sobre los que se posee un escaso control. Tan sólo abandonando la necesidad de control podemos verdaderamente lograr éste.

Bibliografía

C., P., & M., H. B. (2003). Guía práctica del TOC. Pistas para su liberación. Desclée de Brouwer.

 

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