PROBLEMAS QUE SE ENFRENTAN EN LA ADOLESCENCIA
La búsqueda de identidad, el logro de una adecuada
competencia social, la renuncia al narcisismo y la separación paulatina
de la familia son los principales problemas que debe afrontar el sujeto durante
la adolescencia (Fishman, 1990)
Búsqueda de la identidad
El adolescente busca su identidad dentro de un contexto familiar
y social en el que los demás miembros de la familia también están adaptándose a
una nueva etapa de su ciclo vital. La terapia familiar sistémica promueve una
gradual renegociación de ese vínculo desde la autoridad “asimétrica” de la
niñez hacia una reciprocidad en la edad adulta. En el tratamiento de un adolescente
con problemas, el terapeuta observa las interacciones familiares que se
manifiestan en la sesión y afianza el proceso de formación de la identidad de
los integrantes de la familia, fomentando la negociación entre la generación de
los padres y la generación de los hijos para crear relaciones flexibles.
Competencia social
La familia permite aprender y manejar reglas de interacción
social adecuadas o inadecuadas, que se generalizan más tarde a las situaciones
externas. Sin embargo, también los sistemas sociales que rodean la familia
(colegio, amigos, comunidad, lugar de trabajo) pueden contribuir a generar o
mantener pautas conductuales funcionales o no funcionales. En consecuencia,
ante la presencia de un síntoma en un adolescente conviene abordar (siempre que
sea necesario) no sólo los patrones familiares de interacción, sino también los
sociales, interviniendo en el medio externo para corregir patrones disfuncionales
que a su vez afectan al sistema familiar.
Narcisismo adolescente
El adolescente se caracteriza por considerarse el centro de
atención familiar. Cuando presenta conductas problemáticas, el narcisismo
propio de esta edad le hace sentirse omnipotente, de tal forma que juzga
innecesario adaptarse a las realidades sociales. El adolescente únicamente se
ve obligado a cambiar cuando experimenta la necesidad de valerse por sí mismo,
sin el constante apoyo de sus progenitores que refuerzan así inadvertidamente
sus conductas inadecuadas. Por ello, para lograr que madure es imprescindible
hacerle abandonar ese narcisismo, creando una crisis existencial mediante la
experiencia de distanciamiento de sus padres.
Separación
El terapeuta debe ayudar a todos los integrantes de la
familia a conseguir una separación sin alineación, para lo cual primero deben
alejarse gradualmente y luego volver a conectarse a partir de un nuevo tipo de
relación más igualitaria.
Bibliografía
Ochoa de Alda, I. (1976). Enfoques en terapia
familiar sistémica. Barcelona: Herder.
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