SÍNTOMAS DE DISOCIACIÓN DE LA PERSONALIDAD
Los síntomas de la personalidad se pueden dividir a grandes
rasgos en síntomas disociativos negativos y positivos de naturaleza tanto psicomorfa
(cognitiva-emocionales) como somatomorfa (sensoriomotriz).
·
Síntomas disociativos negativos: Se refieren
a la ausencia o a la pérdida de una función que en teoría debería estar presente
y que no se pueden explicar por otras razones tales como entumecimiento emocional,
analgesia o anestesia, parálisis y pérdida repentina de habilidades tales como
conducir o cocinar.
·
Síntomas disociativos positivos: Son
transitorios e intrusivos. Son intrusiones transitorias tales como voces, dolor
físico, pensamientos y emociones.
El terapeuta deberá siempre pedir varios ejemplos de
síntomas de los que el paciente pueda informar tener, y tratar de determinar la
frecuencia con la que acontecen, cuándo empezaron, qué ayuda a mitigarlos y qué
hace que empeoren.
Muchos pacientes pueden referir una historia de síntomas
disociativos que se remontan a los tiempos de la niñez o de la adolescencia. Dado
que los trastornos disociativos complejos se desarrollan casi siempre durante
la niñez, puede que los pacientes no se den cuenta de que sus experiencias
internas están fuera de lo normal, y en razón de ello, puede que no informen,
por ejemplo, de que oyen voces, tienen lagunas amnésicas, o sensaciones de
estar fuera de sus cuerpos (experiencias extracorporales). Pero también son
muchos los pacientes disociativos que le tienen tanta fobia a las experiencias
internas que han evitado reconocer los síntomas disociativos o bien los han
minimizado o los han desestimado.
Los terapeutas deberán ser conscientes de que los pacientes
con un trastorno disociativo complejo presentan un conjunto de síntomas
disociativos comunes y, además, pueden informar de la presencia de muchos síntomas
relacionados con el trauma. Una vez más, lo que a nivel superficial puede
parecer un trastorno comórbido, en realidad puede deberse a las acciones o
actividades de las diversas partes disociativas, o cuanto menos verse
exacerbado por las mismas.
Con frecuencia, una organización disociativa de la
personalidad se volverá clara al preguntar acerca de los síntomas relacionados
con el trauma. Las partes disociativas del paciente que permanecen fijadas en
el período en el que tuvo lugar el trauma informarán de que tienen muchos de
estos síntomas, mientras que las partes disociativas que funcionan en la vida
cotidiana pueden tener amnesia respecto a los síntomas de los que informaron
otras partes disociativas, o sentirse como meras observadoras que no pueden
influir en los síntomas ni en las conductas.
Bibliografía
Van Der Hart, O., Steele, K., & Boon, S. (2018). El
tratamiento de la disociación relacionada con el trauma. Bilbao: Desclée De
Brouwer, S.A.
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