Suelen basarse la gran mayoría en procedimientos conductuales y son considerados empíricamente validados tanto aislados como en combinación de otros, llegándose a señalar como único tratamiento con un apoyo empírico bien documentado para los tratamientos pediátricos de alimentación.
Las técnicas más utilizadas son las de control de contingencias (reforzamiento, extinción, moldeamiento, coste de respuesta, principio de Premack...) aunque depende del análisis de las relaciones funcionales que se observan en cada caso.
Las causas del rechazo de alimentos pueden ser múltiples, la selección del tratamiento debe depender del análisis funcional que se realice del caso.
En problemas leves de alimentación, la intervención suele basarse, una vez descartados los problemas de trastornos orgánicos, en procedimientos conductuales, aplicados por los padres y en su propia casa. Es importante la participación conjunta de ambos padres en todos los problemas alimentarios, los cuales, deben adquirir una nueva conceptualización del problema de su hijo (no culpabilizadora pero sí responsable) como algo adquirido y por tanto, modificable.
La intervención con los padres parte de:
§ Transmitirles conocimientos
§ Hacerles partícipes de los objetivos de la intervención
§ Intervenir en las creencias erróneas
§ Intervenir en el nivel de ansiedad
Estrategias específicas
1) Negación y rechazo de alimentos
La intervención más adecuada es el programa de reforzamiento diferencial, es decir, reforzar las aproximaciones graduales a la conducta deseada y la extinción (retirada de atención) de la conducta de rechazo:
Tras cada conducta de aproximación, premiarle con reforzamiento verbal más algo de su agrado pactado previamente.
Cuando el rechazo es el sabor, la estrategia es mezclar con alimentos agradables peo sólo de forma transitoria como un instrumento de instaurar el alimento rechazado.:
El principio de Premack es útil en el rechazo de alimentos. Se trata de hacer contingente la ingesta de una porción de alimento favorito con otra de comida rechazada. Es decir, se le da el favorito sólo si ingiere el que rechaza e ir incrementando progresivamente la cantidad del alimento rechazado.
Cuando estas estrategias resultan insuficientes para vencer la resistencia a los alimentos, hay que intentar estrategias más invasivas como
La guía física, para iniciar la conducta de comer
La prevención de la respuesta de escape denominada NRS que consiste en acercar la cuchara a los labios y no retirarla durante un periodo de tiempo prefijado (inicialmente 5 segundos, luego gradualmente se irá incrementando) instigándole con frases adecuadas.
Esto se dará en casos más severos, pero en todo caso, el mecanismo responsable del incremento del consumo de la nueva comida a lo largo del tratamiento es el reforzamiento tanto el social como el propio reforzamiento que de forma natural empieza a instaurarse en el niño cuando este entra en contacto con propiedades reforzantes de la comida.
En todo caso, es importante que los padres reciban instrucciones detalladas y probablemente por escrito adaptadas al problema de su hijo.
Instrucciones generales para los padres en caso de rechazo de alimentos(Gavino, 2002)
1. Buscar la comida del día en que padre y madre puedan dedicarle todo el tiempo.
2. Combinar el alimento con otros alimentos que enmascaren su sabor. Progresivamente debe irse aumentando el sabor del alimento rechazado.
3. Un procedimiento alternativo es hacer que por cada pequeña cantidad del alimento previamente rechazado que tome, darle a continuación y de forma inmediata (contingentemente) una pequeña cantidad de un alimento que le gusta mucho.
4. Debe reforzarse de forma sistemática cualquier intento mediante elogios, caricias, o aquello que los padres conozcan gusta mucho al niño.
5. Cualquier negativa a comer, tanto verbal como gestual, debe acompañarse de retirada de atención.
6. Debe consultarse con el pediatra si existe algún problema porque el niño no coma de todo lo que debiera en una comida. Si no hay ningún problema, pasado un tiempo prudencial (el que suele emplear para comer un niño de su edad o el que suele tardar para comer otros alimentos de consistencia similar9 se le retira la comida y no se le vuelve a dar hasta la siguiente comida.
7. Progresivamente y con el mismo sistema se va haciendo lo mismo en otros momentos del día, dejando para el final aquellas comidas en las que se dispone de poco tiempo.
2) Tiempo que tarda en comer
Inicialmente hay que contrastar si el problema radica en costumbres familiares o con el tiempo que los padres disponen para realizar la comida. En este último caso, la intervención va dirigida a reorganizar las costumbres para que el niño disponga de un tiempo adecuado a la hora de comer.
En los casos que realmente tarda mucho en comer, es frecuente comprobar la ocurrencia de actividades distractoras durante la comida. Estas actividades inicialmente son un recurso para dar la comida, pero a la larga, pasan a ser un problema. Por ello, la intervención debe centrarse inicialmente en eliminar las actividades distractoras.
Instrucciones generales para reducir la duración de las comidas (Gavino, 2002)
1. No dar al niño ningún alimento entre comidas
2. Procurar que no coma nada antes de empezar a comer
3. Deber preverse posibles peticiones o comportamientos que puedan interrumpir las comidas (lavarse las manos, ir al WC, pedir agua...) procurando que los lleve a cabo antes de sentarse a la mesa
4. Utilizar algunas medidas de control estimular, fundamentalmente, eliminar o quitar de la mesa o de su alcance todos los objetos que puedan distraer al niño.
5. No responder (extinguir) a los comentarios de demanda de atención y/o comportamientos inadecuados (parar de comer, jugar con los cubiertos...) que puedan tener lugar durante la comida.
6. Si aun llevando a cabo los pasos anteriores es necesario reducir más el tiempo, puede hacerse lo siguiente:
a) Durante la comida situar un reloj con alarma delante del niño
b) Empezar con un límite de tiempo ligeramente inferior al que normalmente requiere para comer o el menor que haya empleado en una comida similar
c) Informar al niño de que tendrá un determinado periodo de tiempo para comer, y que cuando ese tiempo se acabe sonará el reloj
d) Si se lo ha comido todo se le premiará con uno de los reforzadores que previamente se hayan acordado
e) Si cuando suena el reloj no ha terminado, se le retirará el plato de la mesa y no se le dará el premio
f) Durante el plazo establecido puede irse informando al niño, señalando el reloj, de cómo lo está haciendo. No deben hacerse otro tipo de comentarios durante las comidas.
7. Si ha comido dentro del límite, se le dará el reforzador pactado. Si no es así se le retira el plato sin hacer ningún comentario. En este caso no podrá obtener el reforzador pactado por ninguna otra vía.
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