SEXO
Se trata de uno de los motivos
primarios al igual que los motivos de hambre, sed y sueño.
El motivo de sexo es de gran importancia y su explicación
se ha realizado siempre desde el modelo homeostático al igual que los demás
motivos primarios. Sin embargo, a diferencia de ellos, se considera que en este
motivo no existen a corto plazo mecanismos homeostáticos que regulen su
actividad, algo que sí ocurre en los motivos de hambre, sed y sueño. Por ello,
la motivación sexual a diferencia de los demás motivos es no regulatoria.
Las respuestas sexuales no son en absoluto necesarias para
la vida biológica de un organismo. Nadie se muere por no tener contacto sexual.
Sin embargo, si no existe contacto sexual, no puede haber reproducción y, en
consecuencia, supervivencia de la especie.
El sexo es un motivo vital para la supervivencia de la especie.
Puesto que la supervivencia individual no depende de la
motivación sexual, es evidente que la actividad sexual constituye un reforzador muy potente no explicable
como sistema autorregulador. En la conducta sexual no hay controles
homeostáticos que regulen dicha actividad a corto plazo, no obstante, el valor
de la recompensa de la conducta sexual ha de establecerse de modo que dicha
conducta tenga lugar con la frecuencia suficiente y necesaria para garantizar
la supervivencia de la especie (Rolls, 1999).
Aunque los mecanismos básicos de la conducta sexual humana
son, con mucha probabilidad, parecidos a los que controlan el comportamiento
sexual en otras especies, la sexualidad humana también presenta características
propias que la diferencian (Aguado, 2005). Aunque la motivación sexual tiene
una base claramente fisiológica, en el ser humano está muy mediatizada por el
aprendizaje y por los valores de cada persona.
En el
ser humano la motivación sexual surge de la interacción entre la fisiología y
el entorno, aunque en él, sobre todo en las primeras etapas de activación y
excitación, la motivación sexual depende mucho más de la experiencia y del
aprendizaje que de los factores biológicos.
En la respuesta sexual humana influyen además otros muchos
factores; entre ellos pueden destacarse:
La experiencia sexual
Las emociones
La edad
La experiencia social
Los estímulos externos
La cultura
La moda
Ideas sobre lo conveniente o placentero
Los estímulos que surgen de la imaginación y la fantasía
“El
deseo o la expectativa del placer provocado por el sexo es el principal
determinante psicológico de la conducta sexual” (Aguado,
2005).
En conclusión, hay que afirmar que, junto con el control
hormonal, el aprendizaje y los factores sociales y culturales modulan en gran medida
la conducta sexual humana.
Factores que
determinan la actividad sexual en animales y seres humanos
En
animales:
Las hormonas sexuales
El ciclo reproductivo de las hembras
En
seres humanos:
Las hormonas sexuales
El aprendizaje
Los factores sociales y culturales.
Hormonas sexuales
Las hormonas sexuales determinan el nivel de activación o
excitabilidad sexual. También modulan y facilitan la activación de las
conductas apropiadas. Además de ser responsables del dimorfismo sexual (diferencias entre machos y hembras) pues
influyen en la organización de los circuitos cerebrales durante el desarrollo
fetal, las hormonas regulan y posibilitan la conducta sexual. Esto es, las hormonas sexuales tienen
fundamentalmente dos tipos de efectos sobre la conducta, un efecto organizador
y un efecto activador.
El efecto organizador se produce durante el período
prenatal y es de carácter irreversible. Ejerce su influencia sobre el
desarrollo de las estructuras responsables de la conducta.
El efecto activador hace referencia al papel que las
hormonas tienen sobre el organismo maduro de forma reversible y temporal. Se
produce a lo largo de la vida. Los efectos activadores hacen referencia al
papel ejercido por las hormonas sexuales sobre el cerebro para suscitar la
actividad sexual (Suay et al., 2008).
Las hormonas sexuales son segregadas por las glándulas
sexuales (ovarios en las hembras y testículos en los machos), y ejercen su
influencia sobre la conducta mediante su interacción directa con el sistema
nervioso.
Se considera que los
mecanismos hipotalámicos controlan la conducta sexual de algún modo. En
este sentido se ha encontrado que tumores u otras patologías localizadas en el
hipotálamo suelen modificar el desarrollo o mantenimiento de la conducta sexual
en el ser humano (Petri y Govern, 2006). En general, se sabe que en la conducta
sexual interviene el hipotálamo tanto en humanos como en animales, no obstante,
también se admite que lo hacen otras estructuras.
Fisiológicamente, la conducta consumatoria depende de la
médula espinal, aunque el cerebro es importante pudiendo influir sobre los
reflejos medulares. Ello daría respuesta al hecho de que tenga lugar excitación
sexual solo mediante la imaginación o la representación de estímulos externos.
No obstante, desde el punto de vista de la motivación lo que interesa son los
mecanismos cerebrales que hacen posible la activación sexual bajo condiciones
concretas (Suay et al., 2008).
Respecto al ser humano, la conducta sexual, aunque depende
del control hormonal, tiene un cierto grado de independencia de dicho control,
con lo que los ciclos reproductivos debidos a los cambios hormonales sexuales
no determinan la aparición del deseo sexual en las mujeres. Tanto mujeres como
hombres pueden experimentar deseos sexuales en cualquier momento, siempre y
cuando acontezcan las situaciones ambientales propicias y se den
psicológicamente las condiciones adecuadas para ello.
Aprendizaje
El sexo es para la mayoría de las personas uno de los
reforzadores más poderosos. Así, los factores de control inmediato que influyen
en el motivo de sexo tienen más que ver con la oportunidad para tener contacto
sexual que con el hecho de la reproducción.
La motivación sexual humana está mediatizada en gran parte
por los valores y hábitos aprendidos, así como por preferencias adquiridas por
experiencias individuales concretas. Existen datos que avalan que los estímulos
ambientales que han adquirido a través del aprendizaje un significado sexual
pueden dar lugar a un aumento en los niveles de algunas hormonas sexuales
(Aguado, 2005). Mediante aprendizaje asociativo diversos estímulos pueden
adquirir la capacidad de suscitar reacciones fisiológicas y conductuales debido
a su asociación con reforzadores sexuales.
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