EVALUACIÓN DEL DOLOR
CRÓNICO
La primera precaución imprescindible para comenzar la
intervención psicológica es haber descartado
la existencia de alguna causa orgánica responsable del dolor que fuese
susceptible de tratamiento farmacológico o quirúrgico.
Bloques de información de interés para el proceso de
evaluación psicológica del dolor:
1.
Caracterización
y medida del dolor en sí mismo
2.
Conocimiento
y evaluación de todo el conjunto de factores conductuales,
psicofisiológicos, cognitivos y emocionales que pueden afectar directa o
indirectamente el dolor.
1. Caracterización y
medida del dolor
El
dolor es una experiencia perceptiva privada por ello, las características
cuantitativas y cualitativas, deben ser informadas por el paciente.
La
frecuencia, duración e intensidad se recoge mediante autoinformes siendo la
medida más compleja la de la intensidad
Instrumentos
para medir la intensidad del dolor:
a) Escala
analógica visual: Parte del supuesto de que el dolor puede distribuirse a lo largo de un
continuo, y puede ser valorado comparando su magnitud con la longitud de una
línea de 10 cm.
o |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
Escala numérica (0 = ausencia de dolor, 10 = dolor de máxima intensidad |
Ausencia
de dolor --------------------------------------------------Dolor insoportable
(marcar
con una X el lugar que corresponde a lo largo de la línea)
b) Escalas
numéricas:
Se le pide que cuantifique el dolor según los números de la escala. De 0 a 5,
de 0 a 10, de 0 a 100 utilizando como guía las etiquetas verbales que definen
los extremos de dicha escala.
c) Diarios
de dolor:
Autorregistros donde el paciente valora la intensidad del dolor utilizando una
escala numérica o numérico-verbal.
Si el dolor es continuo (p.ej., lumbalgias) se
anota el dolor en algunos momentos fijados a lo largo del día o cuando se
produzca un cambio apreciable en su intensidad ya que la frecuencia y la
duración permanecen constantes.
Si el dolor es episódico (p.ej., migraña) hay que
anotar su ocurrencia a lo largo de todo el episodio, pero tener constancia de
los tres parámetros (frecuencia, duración e intensidad).
Puede
ser útil destinar un espacio adicional para registrar fármacos que ingiere o situaciones
que relaciona con el surgimiento y/o agravamiento del dolor.
d) Cuestionario
de evaluación para el dolor de McGill. El objetivo es facilitar un índice para cada una de
sus dimensiones:
Sensorial/
descriptiva
Motivacional/
afectiva
Cognitivo/
evaluativa
2. Aspectos
psicológicos relacionados con el dolor
Se
deben integrar cada una de las variables psicológicas, conductuales,
emocionales y cognitivas en el proceso conductual del caso dadas sus posibles
influencias directa e indirectamente en el problema global de dolor crónico, es
decir, debe comenzarse por una evaluación pre-tratamiento para averiguar la
influencia de cada una de estas variables en el desarrollo y mantenimiento del
dolor y en función de los resultados de este análisis, elaborar un programa de
tratamiento aunque resulta conveniente seguir valorando muchas de estas
variables a lo largo del tratamiento ya que algunas de ellas (como la depresión
o el nivel de actividad) suelen ser indicativas fiables del progreso
terapéutico.
1. Variables psicofisiológicas
Objetivo:
Se basa en el conocimiento de que algunos de los cambios característicos de los
estados de activación fisiológica-emocional (p.ej., incrementos en la tensión
muscular o la vasoconstricción periférica) puede actuar como desencadenantes
del dolor o bien como respuesta producida por el propio dolor.
Respuestas
psicofisiológicas más usuales:
·
Tensión electromiográfica
·
Temperatura periférica
·
Frecuencia cardíaca
·
Conductancia de la piel
La
evaluación debe centrarse en el estudio de los cambios producidos en la
respuesta o respuestas relevantes al trastorno, ante diferentes situaciones
potencialmente estresantes para el sujeto.
2. Variables
conductuales
Uno
de los objetivos prioritarios de valoración es el conjunto de comportamientos
que el paciente realiza o evita por culpa del dolor. Son las denominadas
conductas de dolor y son susceptibles de ser reforzadas en el medio ambiente.
La
disminución de la actividad física, social y laboral constituyen uno de los
principales factores de cronificación de los problemas de dolor. La asunción
del papel de enfermo y la inmovilidad como forma de tratamiento y prevención
del dolor, es compartida por el enfermo, su familia y los médicos perpetuando
comportamientos como el senderismo y la dependencia, desadaptivos para una
buena evolución y recuperación, por tanto, estos comportamientos son
importantes como objeto de evaluación y tratamiento.
El
nivel global de actividad se valora mediante registros diarios del tiempo empleado en cada una de las
actividades: sentado, tumbado, de pie, caminando...El uso de este autoinforme
no es adecuado para algunas conductas de dolor siendo necesaria la observación
directa pero debido al alto coste que supone, es frecuente grabar en la
consulta sesiones estándar de evaluación a fin de captar todo conjunto de
comportamientos (verbales y gestuales) que los pacientes manifiestan mientras
realizan ejercicios programados. No obstante, presenta inconvenientes como el
alto coste y la artificialidad.
3. Variables
emocionales
Generalmente
se asume una relación bidireccional entre dolor y emoción, es decir, emociones
como depresión, ansiedad, ira pueden ser desencadenadas por culpa del dolor y a
su vez, el dolor puede surgir o exacerbarse en estos estados emocionales.
En
los momentos iniciales del dolor las respuestas de ansiedad e ira son
frecuentes, pero cuando el problema es cronificado, la alteración emocional más
frecuente es la depresión.
Dados
las complejas relaciones entre emociones y dolor es recomendable su valoración
tanto en la evaluación inicial como al final del tratamiento.
La evaluación se realiza
mediante cuestionarios:
·
Cuestionario HADS
·
Inventario de depresión de Beck
·
Inventario de expresión de la ira de Spielberger, 1988
4. Variables cognitivas
La
cantidad y calidad de dolor también está influenciada por las creencias sobre
el origen y significado del dolor o las estrategias que la persona utiliza para
manejarlo.
Las
creencias pueden influir en la implicación y adherencia al tratamiento por lo
que deben ser inicialmente valoradas mediante entrevistas o cuestionarios.
Se
asume que cualquier intervención sobre uno de los factores (psicológicos,
conductuales, emocionales y cognitivos) repercute en los demás.
La
evaluación de las estrategias de
afrontamiento del dolor debe realizarse tanto en los momentos iniciales,
para planificar la intervención, como a lo largo del tratamiento para valorar
su eficacia.
En
los últimos años se ha prestado especial importancia al pensamiento catastrofista,
constructo, por otro lado. Considerado desde hace años como forma de
afrontamiento. Se trata de una forma cognitiva de reaccionar ante el dolor de
modo negativo y desproporcionado. Consta de tres componentes:
·
Magnificación (exageración de las amenazas
que toda percepción de dolor puede llevar)
·
Rumiación (preocupación recurrente)
·
Indefensión (constatación de la
imposibilidad de actuar para reducir el dolor)
Referencia
bibliográfica
Vallejo, M., & Comeche, M. (2012). Lecciones de
terapia de conducta. España: Dykinson S.L.
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