ELEMENTOS TRANSVERSALES DE LA TERAPIA
Toda emoción
negativa solo puede cambiarse con la emoción contraria de la que la creó...
Spinoza
La psicología es el reino de la subjetividad, no hay dos
personas que sean iguales. Cada uno tiene sus experiencias, sus anhelos, sus
miedos y sus frustraciones. Conocer a cada persona en su individualidad permite
que la terapia sea personal y multiplica las posibilidades de ayuda. Sin
embargo, hay varios elementos que van a ser transversales durante toda la
terapia, es decir que vamos a tener que tenerlos en cuenta desde la primera
consulta hasta la última. Son factores que son independientes del tipo de
modelo terapéutico que apliquemos y son universales en todos los tipos de
pacientes.
Esto no significa que vayan a ser estables o rígidos, sino
que irán cambiando a lo largo de las sesiones que tengamos, pero será algo que
debemos tener siempre en cuenta a la hora de enfocar el tratamiento y ser muy
flexibles para poder modificar el rumbo de nuestro trabajo cuando detectemos
que se produzcan cambios. Pueden y deben cambiar a lo largo del tratamiento y
vamos a necesitar que tanto el terapeuta como el paciente sean conscientes de
ello.
Hay tres elementos transversales fundamentales a lo largo de todo
el tratamiento:
1. El primero sería la «demanda», que es lo
que el paciente va a reclamarnos para trabajar en la terapia. Como veremos
puede ser insomnio, problemas de pareja, fobia social ataques de pánico,
obsesiones, etc.
2. Hay varias emociones que constituyen el origen de la mayoría de los
trastornos y que por lo tanto vamos a tener en cuenta todo el tiempo. Estas son
el miedo, la culpa, la vergüenza y la rabia asociada a
estas.
Son las emociones que han llevado a una sobrecarga del
sistema de alerta del cerebro del paciente y provocan los síntomas de ansiedad
y mecanismos de control y regulación emocional para poder manejar a esta.
3. El tercer elemento es la «alianza terapéutica»,
esta sería la relación que se establece entre el paciente y el terapeuta. Si,
como hemos visto, una parte
importante del origen de la
patología fue la relación de apego del paciente con sus cuidadores durante su
infancia, los terapeutas tenemos que enseñarles a vincularse de una forma
distinta, más sana. Tenemos que crear un vínculo que corrija y cree una base
segura a la hora de establecer nuestra relación con ellos para que estos puedan
tomarla como ejemplo en su vida diaria.
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