COGNICIONES DISFUNCIONALES EN LA ANSIEDAD SOCIAL
1)
Sobreestimación del fracaso social y la visibilidad de la ansiedad que
sienten
Las personas con ansiedad social presentan diálogos internos
negativos que dirigen su atención hacia la información relacionada con el
fracaso social, centrándose, por ejemplo, en los aspectos negativos de la
propia actuación, las deficiencias conductuales o el malestar subjetivo y las
expresiones faciales negativas de los demás (incluso aunque sean sutiles),
al tiempo que ignoran otro tipo de información, tanto ambiental como sobre
su conducta real, en las situaciones sociales.
2)
Alto nivel de exigencia personal (perfeccionismo) y la crítica
elevada por no cumplir con un determinado estándar que puede ser generado
externa o internamente. De esta forma, es más probable que se agrande la
discrepancia entre la actuación real y el patrón deseado.
3)
Evaluación de las situaciones sociales problemáticas como
amenazantes y potencialmente catastróficas
4)
Temor a la evaluación negativa
5)
Experimentan sensaciones de ridículo y vergüenza, sintiéndose,
por tanto, indefensos frente a la desaprobaciónmdel grupo. La vergüenza se
experimenta tanto si la desaprobación percibida se le comunica como si no,
debido a que está ligada a la percepción de lo que piensan los demás.
Principales factores
relacionados con el temor a la evaluación negativa y la crítica por parte de
los demás:
1. Temor a no
caerle bien a la gente.
2. Temor a hablar en público.
3. Temor a decir algo inapropiado en situaciones de
interacción.
4. Temor a no saber comportarse con desconocidos.
5. Temor a lo que los demás puedan pensar de ellos.
6. Temor a hacer el ridículo.
Las autoevaluaciones de los sujetos con ansiedad social pueden basarse
principalmente en sus creencias preconcebidas de que son inadecuados, es decir,
en los esquemas que tienen sobre sí mismos debido al trato recibido por parte
de sus padres y cuidadores, más que en la información sobre la conducta real en
la interacción específica.
Formas de tratar las distorsiones
cognitivas
1)
Identificar,
examinar la veracidad y modificar las distorsiones cognitivas que
caracterizan a los pensamientos desadaptativos o disfuncionales que causan
problemas emocionales y comportamentales. Una vez identificadas se examina su
veracidad por medio del análisis lógico y la comprobación empírica, con el fin
de modificarlas y hacer que los pensamientos sean más adaptativos. De esta
forma, estos pensamientos más racionales dejarán de causar problemas
emocionales y comportamentales.
2)
Desde la TAC se considera que los pensamientos
constituyen reacciones transitorias ante diferentes experiencias. El objetivo
de esta posición no sería modificar los pensamientos disfuncionales, sino distanciarse
o desvincularse de ellos, adoptando el papel de un observador externo. Se
trataría de mirar hacia los pensamientos en lugar de hacerlo desde los
pensamientos (Hayes y Smith, 2005). Esta posición intentaría desarrollar una
nueva forma de relación con los propios pensamientos, considerándolos una serie
de palabras a las que no deberíamos vincularnos con su significado literal,
cuyo impacto sobre nosotros podría ser trivial si adoptásemos esta nueva
relación de observador externo. Escuchar a los pensamientos no siempre es
problemático, como cuando nos dicen que atendamos a las señales de tráfico
cuando conducimos. Pero, ¿qué sucede cuando nos dicen que somos torpes e
incompetentes? Hacer caso a este tipo de evaluaciones negativas provocará,
probablemente, la evitación de muchas situaciones sociales. La desvinculación
de los pensamientos consigue que adoptemos una posición diferente ante este
tipo de cogniciones disfuncionales.
Por ejemplo, existen diferencias entre descripciones y
evaluaciones. Las descripciones son verbalizaciones asociadas con los
aspectos o características directamente observables de los objetos o los
acontecimientos. Estos aspectos o características constituyen los atributos
primarios de un objeto o acontecimiento. Es decir, no dependen de nuestra
historia personal; en términos del sentido común, son aspectos estables de ese
acontecimiento u objeto independientemente de nuestra relación con él (por ejemplo,
«esta es una mesa de madera», «mi amigo me está gritando», «estoy sintiendo
ansiedad y mi corazón late de prisa»). Las evaluaciones son nuestras
reacciones ante los acontecimientos o sus características. Podemos comparar
acontecimientos y atribuirles una etiqueta evaluadora (como bueno o malo,
soportable o insoportable, tosco o amable, etc.). Las evaluaciones son
atributos secundarios. Estos giran alrededor de nuestras interacciones con los
objetos, acontecimientos, pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales
(por ejemplo, «esta es una buena mesa», «esta ansiedad es insoportable», «mi
amigo es muy desconsiderado por gritarme»). Buena parte de nuestro
sufrimiento surge de confundir evaluaciones con descripciones. Muy a menudo
nos creemos que nuestras opiniones evaluadoras son propiedades primarias y que,
por tanto, son descripciones.
Se trata de darle especial relevancia a la desvinculación de los
pensamientos, que junto con la atención plena, nos ayudará a conseguir
un importante propósito en la vida: aprender a relacionarnos
de forma satisfactoria con los demás, guiándonos por los valores personales y
no por las exigencias sociales interiorizadas.
Los pensamientos afectan de modo importante a nuestra forma
de actuar y de sentir; por tanto, es útil reconocer cuándo se tratan de
distorsiones que guían nuestra actuación, incluso en contra de lo que valoramos
en nuestra vida. Pero podemos aprender a entender que los pensamientos son
reacciones transitorias ante las experiencias y si nos distanciamos o desvinculamos
de los mismos, podemos dejar de responder ante ellos y, así, cambiar también
nuestras reacciones de ansiedad y nuestras conductas de evitación.
Bibliografía
Caballo, V., Salazar, I. C., & Garrido, L. (2018).
Programa de intervención multimodal para la ansiedad social . Piramide.
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