TRATAMIENTO DE LA VULNERABILIDAD
1.
Comprender los orígenes de la trampa vital.
¿Tus padres eran fóbicos?
¿Te sobreprotegieron?
¿No te protegieron?
¿En qué áreas aprendiste a sentirte vulnerable? ¿Fueron
las enfermedades? ¿Los viajes? ¿El dinero? ¿Peligros en tu ambiente? ¿Pérdidas
de control?
2.
Hacer una lista de los miedos específicos.
·
Enumerar las situaciones que temes
·
Puntúa cada miedo de 0 a 100
·
Intensidad del miedo
·
Cuando evitas o escapas de la situación
·
Cómo te sobreproteges
·
Cómo consigues que tu familia o amigos te
sobreprotejan.
Situación
temida |
Nivel de miedo (escala de 0 a
100) 0 nada y 100 máximo |
Grado de evitación |
Cómo me protejo a mí mismo |
Cómo permito a mi familia o
amigos protegerme |
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3.
Realizar una lista de cada una de las situaciones
temidas anteriores, en orden de menor a mayor nivel de miedo.
·
Describe los pequeños pasos para superarlo
·
Puntúa de 0-100 el grado de ansiedad que sientas
en cada uno
·
Ordénalos y enuméralos, desde el más fácil a los
más difíciles.
Se trata de dejar de evitar de forma gradual y abandonar
las sobreprotecciones
4.
Reunirse con las personas que desees (pareja,
familia, amigos...) y consigue su apoyo para encarar los miedos.
Diles que te protejan y te tranquilicen menos
5.
Examinar la probabilidad de que ocurran las cosas a
las que tienes miedo
Se trata de evaluar de forma objetiva las probabilidades
6.
Escribir una tarjeta recordatorio para cada miedo
La trampa vital te conduce a catastrofizar.
Encárate a lo que evitas y renuncia luego a la sobreprotección
Ejemplo: Se que tengo verdadero miedo a...y de que
ocurra...Siento que es muy probable que ocurra. Pero en realidad es que mi
trampa vital de la vulnerabilidad se está activando. Probablemente estoy
exagerando el grado de riesgo. De todos modos, me forzaré a mí misma a
exponerme a esta situación. Sé que necesito comprobar constantemente para
sentirme segura pero no voy a realizar la comprobación. La comprobación es sólo
una superstición. Además, es una carga y la quiero superar.
7.
Habla con tu niño interior.
Sé como el padre fuerte y valiente con él. Los
sentimientos conectados a tu trampa vital son de niño, de tu niño interior
vulnerable. Necesitas desarrollar un padre interior para ayudar al niño
interior. Para ello puedes utilizar la imaginación.
Ejemplo: obtén una imagen de la infancia en la que te
sintieras vulnerable. No la busques, sólo di, la primera que te venga a la
cabeza. Una vez pongas en contacto la imagen con los sentimientos de
vulnerabilidad, imagínate a ti mismo como adulto para consolar al niño
asustado. Intenta que el niño vulnerable se sienta seguro.
Ponte en la imagen tal como eres en la actualidad, cada
vez que tu trampa vital se ponga en funcionamiento. Tranquilízate a ti mismo y
di que no hay nada que temer. Ayuda a tu niño interior para confrontar la
situación.
8.
Practica las técnicas de relajación
Puede ayudarte a centrar tanto tu cuerpo como tu mente y
controlar los síntomas físicos de la ansiedad, eliminando los pensamientos
peligrosos.
Ejercicio de meditación simple:
a)
Respiración diafragmática. Respirar
desde el diafragma. No respirar más de 8 veces por minuto. Cuando respires,
sólo ha de moverse el estómago y el pecho quedar totalmente plano. Si respiras
de esta forma, evitarás la hiperventilación, que es la causa más importante de
la mayoría de los síntomas de ansiedad física, particularmente los ataques de
pánico.
b)
Meditación. Sigue el ritmo de tu
respiración. Al mismo tiempo que inspires, piensa en la palabra relax y
cuando espires, piensa en la palabra respirar. Mentalmente mantén la
repetición de estas palabras, poco a poco y al mismo tiempo que respiras.
Utiliza esta
técnica de relajación siempre que la trampa vital de la vulnerabilidad se
active y comprobarás cómo te ayuda a superar la situación.
9.
Empieza a enfrentarte a cada uno de los miedos con la imaginación.
Aparte de los pensamientos catastróficos, también tienes
imágenes gráficas de ellos. Debes superar la sobreprotección exponiéndote a las
situaciones y afrontarlas bien.
Utilizando la lista ordenada, empieza por los pasos más
fáciles.
Siéntate en una silla cómoda y relájate con la respiración
meditativa. Una vez relajado, obtén una imagen de una situación temida en la
cual logras obtener buenos resultados. Imagínate viéndote en esa situación,
exactamente tal y como desearías.
Trabaja paulatinamente para ir subiendo (en dirección
ascendente) en la lista ordenada. Utiliza la imaginación para tener la sensación
de que dominas todos tus miedos. Ya has tenido bastantes imágenes de ensayos y
malos resultados. Es el momento de tener algunas imágenes que muestren éxito y
seguridad.
10. Enfréntate con cada miedo en la vida real
Cuanto más te expongas a las situaciones y veas que las cosas
malas que pensabas no ocurren, más seguro te irás sintiendo; y cuando más
seguro te sientas, más te expondrás a las situaciones.
Empieza con los pasos más fáciles
Utiliza tarjetas recordatorio, la respiración meditativa
y las técnicas de reparentización para que te ayuden.
11. Refuérzate por cada
paso que consigas.
Después de completar un paso en la lista, tómate un
tiempo y felicítate. Dale a tu niño interior el reconocimiento por enfrentarse
a sus miedos. P.ej: lo que hiciste es propio de valientes, no es fácil enfrentarse
a los miedos.
Percátate de la irrealidad de los miedos. Eso reforzará
la sensación de que tus sentimientos de vulnerabilidad son muy exagerados.
Para superar la vulnerabilidad has de abrirte nuevos
horizontes en la vida. Ya te has perdido demasiadas cosas como consecuencia de
los miedos.
Bibliografía
Young y Klosko. Reinventa tu vida
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