Aprender a estar
presente
Estar
en el presente, ser consciente de lo que le rodea y de usted mismo es algo esencial
para aprender, madurar y curarse de un trastorno disociativo. En el momento
en que está presente, el pasado queda detrás.
Las
personas con trastornos disociativos tienen ciertas dificultades que
interfieren con el hecho de permanecer presente. Cuando usted está estresado o
afronta un conflicto doloroso o una emoción intensa, tal vez disponga de una
serie de formas de retirarse del presente para evitarlos. Y aunque esta
retirada pueda momentáneamente hacerle sentir mejor, a largo plazo usted
evitará cada vez más el presente, y esto probablemente empeorará sus problemas.
Puede que haya veces en que:
·
Se sienta en Babia, confuso o atontado
·
Pierda una fuerte conexión con el
presente, incluso sin darse cuenta de ello, para percatarse después
de que no estaba muy presente
·
Se haya sumergido en imágenes, sentimientos
o pensamientos negativos del pasado, o en inquietudes sobre el futuro, hasta
el punto de estar tan preocupado dentro de su propia mente de no ser consciente
del presente
·
Haya ocasiones en que sea consciente de sus
acciones y, aunque esté observándose, sienta que no tiene control sobre ellas.
¡Es como si estuviera presente y no presente al mismo tiempo!
·
Algunas personas con trastornos disociativos
complejos pierden tiempo, es decir, no pueden dar cuenta de lo que ocurrió
durante lapsos significativos de tiempo en el presente.
·
Algunas personas pueden “quedarse en blanco”
en algunos momentos y no percatarse de nada
·
Otras personas se retiran en sus fantasías o
ensueños cuando la vida les parece demasiado estresante.
El
siguiente ejercicio de concentración puede ayudarle a centrar su atención en el
aquí y ahora. Podrá empezar a aprender cómo dejar de “colocarse” y finalmente superar
gran parte de su disociación practicando el estar presente. Recuerde evaluar si
el siguiente ejercicio le es útil y, si no, dejarlo de hacer o modificarlo.
EJERCICIO
APRENDER A ESTAR PRESENTE
•
Seleccione visualmente tres objetos que vea en la habitación y preste
mucha atención a sus detalles (forma, color, textura, tamaño, etc.).
Asegúrese de no apresurarse a lo largo de esta parte del ejercicio. Permita que
sus ojos se detengan en cada objeto.
Diga
para sí y en voz alta tres características del objeto. Por
ejemplo: “Es azul. Es grande. Es redondo”.
•
Seleccione tres sonidos que pueda oír en este instante (dentro o fuera
de la habitación). Escuche sus características. ¿Es fuerte, chirriante y
definitivamente desagradable?
•
Toque ahora tres objetos que estén cerca de usted y descríbaselos en voz
alta. Si los siente, por ejemplo, ásperos, suaves, fríos, calientes, duros
o blandos, etc.
•
Vuelva a los tres objetos que escogió observar visualmente. Mientras los ve, concéntrese
en el hecho de que está usted aquí y ahora con estos objetos en el presente, en
esta habitación. A continuación, percátese de los sonidos y concéntrese en el
hecho de que se halla usted en esta habitación con estos sonidos. Por último, haga
lo mismo con los objetos que ha tocado. Puede ampliar este ejercicio repitiéndolo
varias veces, tres objetos para cada sentido, después dos para cada uno, después
uno solo. A continuación, vuelva de nuevo a tres de nuevo. Puede usted también
añadir nuevos objetos para mantener viva su práctica.
Ejemplos
•
Vista: Busque algo en la habitación (o también a
alguien) que pueda ayudarle a recordarle que está usted en el presente. Por
ejemplo, una prenda de vestir que esté llevando y que le guste, un color, forma
o textura particular, un cuadro en la pared, un pequeño objeto, un libro.
Dígase en voz alta el nombre del objeto.
•
Sonido: Sírvase de los sonidos de su alrededor para
ayudarse a concentrarse en el aquí y ahora. Por ejemplo, escuche los ruidos
cotidianos de su alrededor: el ruido del aire acondicionado o del frigorífico
en marcha, personas que hablan, puertas que se abren o se cierran, los sonidos
del tráfico, el canto de los pájaros, el aire del ventilador. Puede recordarse
a sí mismo: “Estos son los sonidos de la vida normal a mi alrededor. Estoy a
salvo. Estoy aquí”.
•
Gusto: Lleve consigo un comestible que tenga un gusto
agradable y fuerte. Por ejemplo, pastillas de menta, caramelos duros o chicle,
alguna fruta como un plátano o una naranja. Si se siente desenraizado del
presente, lléveselo a la boca y concéntrese en el gusto y la sensación en el
paladar para facilitarse el estar más aquí y ahora.
•
Olfato: Lleve consigo algo pequeño que tenga un olor
agradable. Por ejemplo, su crema de manos, su perfume favorito, una loción para
después del afeitado, o también una fruta con aroma como una naranja. Cuando
empiece a sentirse en Babia o que de algún modo no esté presente, un olor
agradable constituye un poderoso recordatorio del presente.
•
Tacto: Pruebe alguno de los siguientes ejercicios de tacto que le
apetezca. Toque la silla o el sofá en el que esté sentado, o su ropa. Siéntala
con los dedos y preste mucha atención a las texturas y al peso del tejido.
Intente empujar el suelo con los pies para poder sentir realmente la parte del
mismo que le sostiene. Dese un apretón de manos y deje que la presión y el
calor le recuerde que usted está aquí y ahora. Presione con fuerza la lengua
contra el paladar. Cruce los brazos sobre el pecho con la punta de los dedos
tocando las clavículas y dese palmaditas en el pecho, alternando la parte derecha
y la izquierda, al tiempo que recuerda que está usted en el presente y a salvo (el
abrazo de la mariposa, Artigas y Jarero, 2005).
•
Respiración: La forma en que respiramos es esencial para ayudarnos a
estar presentes. Cuando las personas se disocian o se quedan en Babia,
normalmente están respirando muy superficial y rápidamente o mantienen la
respiración demasiado tiempo. Tómese el tiempo de ralentizar y regular su
respiración. Inspire por la nariz contando lentamente hasta tres, retenga el
aire tres segundos y a continuación expire por la boca, contando igualmente
hasta tres. Hágalo varias veces mientras toma conciencia de cómo respira.
Bibliografía
Boon, S., Steele, K., & VAn Der Hart, O. (2015). Vivir
con disociación traumática. Entrenamiento para pacientes y terapeutas.
Desclée de Brouwer.
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