CONDUCTAS DE REPRESENTACIÓN
EXTERIOR/INTERIOR
Representación exterior
Para comprender cómo el niño herido que se aloja en nuestro interior actúa para satisfacer necesidades pendientes desde la infancia y traumas no resueltos, tenemos que entender que la principal fuerza motivadora en nuestra vida es la emoción. Las emociones son el combustible que nos mueve a defendemos y a satisfacer nuestras necesidades básicas. La energía es fundamental.
· Nuestra ira nos impulsa a defendemos. Con ira protegemos nuestros derechos y luchamos por ellos.
· El miedo nos hace huir ante el peligro. El miedo nos permite discernir; nos protege del peligro; nos impulsa a correr y buscar refugio.
· La tristeza nos hace llorar. Las lágrimas nos ayudan a aliviar nuestro dolor. Con la tristeza, lamentamos nuestras pérdidas y liberamos nuestra energía para utilizarla en el momento presente.
Cuando no podemos, lamentamos, no podemos acabar con el pasado. Toda la energía emocional relacionada con nuestra-pena o trauma se congela, aunque continuamente trata de liberarse a sí misma. Como esta energía no se puede expresar de una manera natural, se manifiesta en conducta anormal. A esto se le llama "representación exterior".
Por ejemplo, una niña que vive con su padre alcohólico que abusaba verbal y físicamente de su madre de manera constante durante toda su infancia. Desde los 4 años fue el consuelo de su madre. Después de ser golpeada por su esposo, su madre se metía en la cama de la niña. Sollozante y temblorosa, se abrazaba a ella. Eso aterrorizaba a la niña, ya que cualquier violencia contra un miembro de la familia aterroriza a los demás miembros. Un testigo de la
violencia es una víctima de esa violencia.
En su infancia, la niña, no pudo expresar su terror y descargar su tristeza. No existía alguien a quien acudir en busca del consuelo necesario para resolver su pena contenida Conforme crecía, ella deseaba encontrar a algún hombre o mujer que pudiera ofrecerle el amor que sus padres no supieron darle. Por ello, es muy probable que de adulta mantenga relaciones anormales e incluso llegando a tener profesiones de ayuda a víctimas de abuso. De esta manera reproduce el trauma de su infancia. Se ocupaba de mujeres víctimas de abusos y entraba en relación con hombres abusivos. Ella atendía a infinidad de personas, pero nadie se ocupaba de ella. Su energía emocional contenida desde la infancia la expresaba de la única manera que podía:
"representándola",
La representación es una de las maneras más devastadoras con
que el niño herido que llevamos en nuestro interior sabotea
nuestra vida: La historia de esta niña brinda un ejemplo dramático
de la compulsión por evocar el pasado.
Otras actitudes clásicas de la conducta reproductora de los abusos
sufridos en el pasado son:
• Reproducir la violencia en otros.
• Hacer o decir a nuestros hijos lo que dijimos que nunca diríamos o haríamos.
• Experimentar regresiones espontáneas: berrinches, rabietas, etcétera.
• Ser inapropiadamente rebelde.
• Aplicar reglamentos paternos idealizados.
Representación interior
Reproducir en nosotros mismos los abusos sufridos en el pasado se denomina "representación interior". Nos castigamos a nosotros mismos en la forma en que nos reprimían en la infancia.
Conozca a un hombre que se castiga a sí mismo siempre que comete un error. Se hace reproches tales como: "Idiota, cómo puedes ser tan torpe". En varias ocasiones lo he visto golpearse en la cara con el puño (su madre lo golpeaba en el rostro con el puño, cuando él era niño).
La emoción que no se liberó en el pasado a menudo se vuelve contra uno. 'Por ejemplo, a un niño que nunca le permitieron expresar su ira cuando era. Sentía mucha rabia contra su madre porque ésta nunca le permitía hacer nada solo. Cuando empezaba a hacer algo, llegaba ella y le decía alguna frase como: "Mamá necesita ayudar a su pequeño perezoso", o "Lo estás haciendo bien, pero mamá te ayudará". Aun siendo adulto, ella hacía cosas por él. Aprendió a ser obediente y desde pequeño supo que expresar la ira era pecado. De este modo, encauzo hacia su interior toda la rabia que generaba. El resultado fue que se sentía deprimido, apático, inepto e incapaz de realizar las metas de su vida.
La energía emocional que no fluye hacia el ex tenor puede causar graves problemas físicos incluyendo desórdenes intestinales, dolores de cabeza, dolor de espalda y de cuello, severa tensión muscular, artritis, asma, ataques cardíacos y cáncer.
Ser propenso a los accidentes es otra forma de representación interior. Uno se inflige castigo a sí mismo mediante los accidentes.
Bibliografía
Bradshaw, J. (s.f.). Volver a casa.
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