CONDUCTAS OFENSIVAS
Pensamos que todas las personas que poseen un niño herido en
su interior son agradables, calladas y sufridas. Pero, de hecho, ese niño herido que llevan, en su alma es responsable de mucha de la violencia y crueldad imperantes en el mundo. Hitler fue crónicamente golpeado en su infancia; fue humillado por su sádico padre, quien era hijo bastardo de un terrateniente judío, Hitler reprodujo la forma más extremada de esa crueldad en millones de personas inocentes.
Un hombre que golpeó brutalmente a otro justificó su conducta en que esa persona se comportó bravucón y le había obligado a hacerla. Los agresivos no aceptan la responsabilidad de su conducta. En realidad, este hombre se sentía realmente asustado. Cuando experimentaba miedo evocaba recuerdos de su infancia.Su padre había sido un hombre violento y abusivo con él.
Como el niño pequeño de mucho tiempo atrás, cuando temblaba ante la ira de su brutal padre, perdía toda la seguridad en sí mismo. Así, se identificaba con las actitudes de su padre. Se convertía en su progenitor e infligía a otros las mismas heridas que éste le había causado a él.
La conducta ofensiva, la principal fuente de destrucción humana, es el resultado de la violencia padecida en la infancia y del sufrimiento y dolor experimentados por esa situación.
Es necesario comprender que cuando un pequeño es objeto de cualquier tipo de abuso, en realidad se lo está preparando para que sea un ser ofensivo. El psiquiatra Bruno Bettelheim acuñó una expresión para este proceso "identificación con el ofensor".
La violencia física, sexual o emocional es tan aterrorizante, Que el niño pierde su identidad cuando sufre un abuso. Para sobrevivir al dolor, el pequeño se identifica con el ofensor.
Si bien la mayor parte de la conducta ofensora tiene su origen en la infancia, no siempre es el resultado de la violencia. Algunos seres ofensivos fueron "echados a perder" por sus padres complacientes y permisivos, que los hicieron sentir superiores a los demás. Esos niños consentidos creyeron que merecían un trato especial de arte de todos que lo que ellos hacían era siempre o adecuado: Perdieron todo sentido de responsabilidad, pues pensaban que sus problemas eran siempre causados por otros.
Bibliografía
Bradshaw, J. (s.f.). Volver a casa.
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