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TRASTORNO LÍMITE DE PERSONALIDAD: TERAPIA DE ESQUEMAS

 TERAPIA DE ESQUEMAS PARA EL TLP

 

Los esquemas precoces desadaptativos son los recuerdos, emociones, sensaciones corporales y cogniciones asociadas con los aspectos destructivos de la experiencia infantil del individuo organizado en patrones que se repiten a lo largo de la vida.

Tanto para los pacientes caracterológicos como para los más sanos, los temas centrales son idénticos: el abuso, el abandono, la privación emocional, la imperfección y la subyugación. Los pacientes caracterológicos pueden tener más esquemas y sus esquemas pueden ser más graves, pero generalmente no tienen esquemas diferentes. Es decir, no es la presencia de esquemas lo que diferencia a los pacientes caracterológicos de los más sanos, sino los estilos de afrontamiento extremos que emplean para manejar dichos esquemas y los modos que se cristalizan a partir de tales estilos de afrontamiento.

 

Al practicar el modelo de esquemas a pacientes con TLP podemos encontrarnos con dos problemas sistemáticamente (Young, Klosko, & Weishaar, 2013):

1)    Casi siempre presentan todos los 18 esquemas (especialmente, el abandono, desconfianza/abuso, privación emocional, imperfección, insuficiente autocontrol, subyugación y castigo). Trabajar simultáneamente con tantos esquemas desde el enfoque inicial de al tp de esquemas es poco manejable. De ahí que se requiera una unidad de análisis más adaptable.

2)    La tendencia de estos pacientes a cambiar rápidamente de un estado afectivo intenso a otro igualmente encarnizado. En un momento particular pueden estar enfadados y al siguiente instante están atemorizados, después frágiles, a continuación, se muestran impulsivos hasta el punto de que casi equivales a manejar a personas diferentes. 

Ante estas dificultades se creó Young & cols., crearon el concepto de modos para integrar el cambio de estados afectivos de los pacientes con TLP.

Diferencias entre los los pacientes con TLP y los más sanos:

1)    El paciente con TLP cambia constantemente de un modo a otro en respuesta a los acontecimientos vitales. Tienen gran cantidad de modos extremos y oscilan entre uno y otro en cuestión de segundos. Los más funcionales normalmente presentan menos modos de forma simultánea, no son tan extremos y pasan períodos de tiempo más prolongados en cada uno de ellos.

2)    Cuando un paciente con TLP se sumerge en un modo, parece que los restantes modos desaparecen. Cuando se encuentran en un modo parece que carecen virtualmente del acceso a los restantes modos. Los modos suelen estar casi completamente disociados. En cambio, los pacientes más sanos pueden experimentar dos o más modos simultáneamente, de manera que un modo modere la intensidad del otro

Modos de esquemas en el paciente con TLP (Young, Klosko, & Weishaar, 2013):

Estos autores han identificado cinco modos principales que caracterizan al paciente con TLP:

1)    Niño vulnerable

Es el niño interior que sufre. Es la parte del paciente que siente el dolor y el terror asociados con la mayoría de los esquemas.

2)    Niño enfadado e impulsivo

Predomina cuando el paciente está enfurecido o se comporta impulsivamente, porque sus necesidades no han sido satisfechas. Los mismos esquemas pueden ser activados en el modo de niño vulnerable, pero la emoción experimentada en el niño enfadado e impulsivo suele ser la ira.

3)    Padre/madre castigador

Es la voz internalizada del padre/madre, que critica y castiga a la paciente. Cuando se activa, la paciente se convierte en una cruel persecutora, normalmente de sí misma.

4)    Protector aislado

Se cierra a todas las emociones, se desconecta de quienes la rodean y funciona de un modo casi robótico.

5)    Adulto sano

Es extremadamente débil y poco desarrollado en la mayoría de los pacientes con TLP, sobre todo al comienzo del tratamiento. En cierta manera, ahí reside el principal problema: los pacientes con TLP carecen de modo parental tranquilizador que les calme y cuide de ellos. Esto contribuye significativamente a su incapacidad para tolerar la separación.

 

Tratamiento

El terapeuta modela al adulto sano frente a la paciente, hasta que la paciente logre finalmente internalizar las actitudes, emociones, reacciones y conductas como propias de su modo de adulto sano.

El principal objetivo del tratamiento es desarrollar el modo de adulto sano del paciente a fin de cuidar y proteger al niño vulnerable, para enseñar al niño enfadado e impulsivo formas más apropiadas de expresar su ira y de lograr que sus necesidades sean satisfechas, a fin de vencer y expulsar al padre/madre castigador y sustituir gradualmente al protector aislado.

Formas de reconocer un modo

La forma más simple de reconocer un modo es por el tono que se percibe. Cada modo tiene su propio afecto característico:

·      Modo vulnerable: Presenta el afecto del niño perdido, triste, asustado, vulnerable, indefenso.

·      Modo enfadado e impulsivo: Presenta el afecto de una criatura incontrolable y con rabietas, gritando y atacando al cuidador que frustra la satisfacción de sus necesidades nucheares.

·      Modo padre/madre castigador: Es duro, crítico y despiadado.

·      Modo protector aislado: Tiene afecto plano, carente de emoción y repetitivo.

·      Modo adulto sano: Presenta el afecto de un padre/madre fuerte y cariñoso.

El terapeuta suele diferenciar los modos prestando atención al tono de voz de los pacientes y observando la manera en que habla el paciente.

Bibliografía

Young, J., Klosko, J. S., & Weishaar, M. E. (2013). Terapia de esquemas. Guía práctica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

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