Primera entrevista: Información
1. SÍNTOMAS CLÍNICOS
Cómo se siente el paciente, si hay tristeza, llanto, inquietud, ansiedad, miedo, insomnio, problemas con la alimentación, consumo de sustancias, etc.
También pueden anotarse en este apartado síntomas que el paciente haya podido tener en otras épocas de su vida, así como los tratamientos psicológicos y farmacológicos asociados a esos síntomas (pasados o presentes).
2. PERSONALIDAD
Cómo es el paciente, cuáles son sus rasgos «normales» y «patológicos» de personalidad, qué recursos y capacidades tiene, si es una persona dependiente o autónoma, si se valora en exceso o se infravalora, si es optimista, trabajador, responsable, tímido, distante, etc. Pueden incluirse también opiniones de otros sobre el paciente, y que este nos explica (por ejemplo, «mi padre dice que soy...»).
3. CIRCUNSTANCIAS BIOGRÁFICAS Y SOCIOFAMILIARES
Aspectos pasados y presentes de la vida del paciente que pueden incidir en su situación actual, cómo fueron las relaciones con sus padres, si sufrió algún tipo de maltrato, si emigró, la calidad de la relación de pareja, el apoyo social con el que cuenta, sus estudios, su trabajo y situación socioeconómica, la presencia de alguna enfermedad o discapacidad, etc.
4. DIAGNÓSTICO
A partir de la información recogida en el apartado 1 (síntomas clínicos) y en el 2 (personalidad), establecemos un diagnóstico DSM-V
5. ESTADIOS DE CAMBIO DE LOS PROBLEMAS PRINCIPALES
Tras delimitar aquellos síntomas y/o rasgos de personalidad que desde un punto de vista clínico deberían considerarse un problema psicológico, es importante delimitar el grado de conciencia y la concepción que tiene el paciente. Para ello resulta útil el modelo de estadios de cambio de Prochaska y DiClemente (Norcross, Krebs, y Prochaska, 2011; Prochaska y DiClemente, 1983):
a) precontemplación: la persona no considera que tenga un problema. Si consulta será más por presiones de otros que por ser consciente del problema;
b) contemplación: predomina la ambivalencia respecto a la necesidad de cambiar, en ocasiones aparece la inquietud y en otros momentos desaparece;
c) acción: la persona no solo está convencida de la necesidad de cambiar, sino que ya está implicada en acciones que implican cambio; d) mantenimiento: estadio en el que el cambio se ha producido y se trata de mantenerlo en el tiempo y de prevenir recaídas;
e) recaída: después de un tiempo de cambio, la persona ha recaído en su conducta problema (vuelve a consumir, por ejemplo) y experimenta dolor y desmoralización.
En el proceso de evaluación psicológica clínica, lo fundamental será delimitar bien —sobre todo— en qué problemas el paciente se encuentra en un estadio precontemplativo (poca conciencia y/o escasa predisposición al cambio) y en qué problemas se halla en estadio contemplativo (conciencia y predisposición al cambio): es fácil entender que la intervención deberá ajustarse al estadio de cambio en que se encuentra el paciente.
6. APEGO
El estilo de apego del paciente también es una información relevante y valiosa, ya que nos permite discernir la vivencia que tiene de sí mismo y de los demás. En nuestra práctica clínica utilizamos un instrumento para evaluar el apego (el Cuestionario de Relación, CR, de Bartholomew y Horowitz, 1991), aunque también tenemos en cuenta las narrativas del paciente. (Lucena, Cifre, Castillo Garayoa y Aragonés, 2015)
Bibliografía
Casos clínicos. Evaluación, diagnóstico e intervención en salud mental
Cabré V.; Castillo,J. A; Nofuentes, C.
Comentarios
Publicar un comentario