Análisis funcional
Se trata de asistir al consultante a discriminar la clase funcional de respuestas problemáticas, se hace necesaria la elucidación precisa de los repertorios problemáticos, las circunstancias que los contextualizan y su propósito.
En este sentido, el análisis funcional de las conductas (Skinner, 1953) es la base a partir de la cual se asiste a los consultantes a considerar los estímulos que determinan los comportamientos problemáticos y la relación de los mismos con las consecuencias que, generalmente a mediano o largo plazo, adquieren características negativas.
Existen diversas maneras de realizar un análisis funcional. Suele ser habitual en esas circunstancias elegir una conducta problemática y representativa de las dificultades a trabajar (por ejemplo, los berrinches en lugares públicos), evidenciar los antecedentes de las mismas (por ejemplo, estímulos discriminativos, como el cartel de una dulcería en la acera) y las consecuencias de la conducta en cuestión (por ejemplo, el hecho de que la figura parental ceda, propiciando el reforzador requerido por el niño mediante berrinches).
Sin embargo, frecuentemente desde el marco ACT se focaliza el análisis funcional en relación a los eventos privados doloroso-experimentados por los consultantes, sus maneras idiosincrásicas de enfrentarlos y los resultados obtenidos a corto, mediano y largo plazo (Törneke, 2010).
Este tipo de análisis funcional aplicado, que constituye el primer principio central del tratamiento, involucra entonces en su modalidad más habitual a los pensamientos, las emociones y sensaciones dolorosas(vale decir, las experiencias privadas que son tratadas desde la perspectiva contextual funcional como conductas), así como las acciones orientadas a enfrentarlos, de las cuales serán de particular importancia para este marco de trabajo los intentos infructuosos de control y/o evitación de las mismas. Vale decir, las clases funcionales de conductas que el modelo suele asociar con patrones de evitación experiencial.
Podemos esquematizar un ejemplo de este tipo de análisis con una niña de 9 años afectada por temores nocturnos.
A: (Antecedentes): pensamientos referentes a la posible irrupción de extraños a su hogar de noche, sensaciones de ansiedad, tensión, náuseas.
B: (Conductas problemáticas): llamados a los padres para que le hagan compañía.
C: (Consecuencias): los padres acuden a consolarla, la ansiedad se alivia a corto plazo, pero su repertorio general orientado por sus intereses personales (por ejemplo, jugar sola antes de dormir, ir a un pijama party con las amigas), se reduce.
A partir de esta metodología de estudio podemos ubicar entonces como antecedentes de las conductas problemáticas a los eventos privados dolorosos que funcionan a la manera de claves que orientan diversos repertorios de evitación experiencial, como los pedidos de reaseguro de la niña y por último las consecuencias habituales a este tipo de conductas, vale decir un alivio del malestar a corto plazo sumado, desafortunadamente a el empobrecimiento del repertorio vital en diferentes gradientes.
En el punto en que identificamos una clase funcional de conductas particularmente rígida y generalizada, es probable que consideremos el papel activo de las regulaciones verbales en el gobierno de los repertorios en cuestión. Usualmente estas interactúan con los antecedentes directos de las conductas, tienden a orientar los comportamientos y a generar una alteración verbal en las funciones de los estímulos.
Volviendo al ejemplo del niño de 8 años, podríamos ubicar en un análisis funcional más completo la función de los estímulos directos y del seguimiento de reglas en el gobierno de los comportamientos,como se ilustra a continuación:
A: Suena la campana del recreo, señalando que es el momento para conversar entre pares.
Eventos privados dolorosos: pensamientos de rechazo, sensaciones de ansiedad.
Regulaciones verbales: “sólo estando tranquilo puedo hacer amigos”.
B: se queda en un lugar apartado tratando de desfocalizarse de la situación problemática.
C: alivio de la ansiedad a corto plazo, empobrecimiento del repertorio vincular.
· Vale la pena señalar que en el recorrido terapéutico es habitual acompañar este trabajo con metáforas y ejercicios experienciales que cumplen diversas funciones (Törneke, 2017):
· proveer al consultante de una notable cantidad de información en manera compacta,
· favorecer la comprensión de procesos complejos,
· facilitar la toma de contacto experiencial mediante el establecimiento de relaciones arbitrarias entre redes de relaciones y, más que nada,
· la promoción del aprendizaje a partir de diversos ejemplos y en relación a múltiples situaciones
De hecho, son habituales en el marco conceptual de la Terapia de Aceptación y Compromiso el uso de términos de nivel medio de evidente carácter metafórico para referirse a esta estrategia crucial, la cual terapeuta y consultante habrán de transitar en pos de abordar los repertorios problemáticos: nos referimos a la DESESPERANZA CREATIVA, orientada a deconstruir la agenda de evitación experiencial de quienes consultan como antesala al desarrollo de diversas competencias psicológicas flexibles.
En este sentido el análisis funcional constituye para esta práctica una estrategia central a la cual retornaremos junto a los consultantes en manera recurrente, en pos de asistir a la discriminación de los repertorios conductuales poco útiles, a la elucidación de relaciones causales entre los mismos y sus consecuencias destructivas y finalmente establecer enmarcados de coordinación y jerarquía que permitan la identificación de estos repertorios en el marco de diversas clases funcionales problemáticas (Törneke, Luciano, Barnes-Holmes y Bond, 2016).
Usualmente se tratarán de patrones relacionados con la evitación experiencial que, más allá de los posibles efectos de alivio a corto plazo, tenderán a empobrecer el repertorio vital de los jóvenes que consultan. Y a medida que logremos favorecer esta toma de contacto y el desarrollo de este tipo relaciones lingüísticas útiles, podremos reconducir el tratamiento en relación al segundo principio central.
Bibliografía
Mandil, J. (2022). ACT para niñas y niños. Terapia de aceptación y compromiso para consultantes jóvenes y familias. tresolas.
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