Escala 8A: Oposicionista
En ambas orientaciones, dependiente (Sumiso e Histriónico) e independiente (Egocentrico y Rebelde), los adolescentes muestran la patología mediante una estrategia de afrontamiento que está orientada o bien hacia los otros o bien hacia sí mismos alcanzando un nivel que puede ser desequilibrado y exageradamente unilateral. El desequilibrio entre el sí mismo y los otros no es el único prototipo considerado en la polaridad sí mismo-otros de esta teoría. Las personas «normales» muestran una cómoda posición intermedia entre las polaridades de sí v otros. Algunos prototipos de personalidad, aquellos que la teoría describe como ambivalentes, están a la vez orientados tanto hacia sí como hacia los otros, con lo que se hallan en un intenso conflicto entre lo uno y lo otro. Algunos de estos adolescentes que denominamos Oposicionistas (semeiantes a la personalidad pasivo-agresiva del DSM-III y a la personalidad negativista del DSM-IV) dudan entre los otros y sí mismos, a veces se comportan de manera obediente y otras reaccionan de forma desafiante. Con unos sentimientos muy intensos, pero siendo incapaces de resolver su ambivalencia, se trazan una trayectoria errática que va desde proclamar la desaprobación de sí mismos y su culpa por no ser capaces de cubrir las expectativas de los otros hasta la expresión de un terco negativismo y de una fuerte resistencia a estar sometidos a los deseos de los demás.
Los adolescentes cuyos conflictos entre sí mismos y los otros son evidentes, se describen en la teoría como activamente ambivalentes. Esta lucha entre buscar las recompensas ofrecidas por los otros y aquellas que ellos mismos desearían estaba también presente en el prototipo de personalidad Conformista, descrito previamente.
Diferencias entre el prototipo oposicionista y el conformista:
El pasivo prototipo Conformista oculta su ambivalencia
El activo prototipo Oposicionista son conscientes de los conflictos que se entrometen en su vida cotidiana. Estos adolescentes se implican en discusiones interminables y experimentan malestar al sentirse fluctuar entre la deferencia y la obediencia por una parte y el negativismo desafiante y agresivo por la otra. Su comportamiento muestra un patrón errático de furia explosiva o de tozudez que se entremezclan con la culpa y la vergüenza.
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