El perfeccionismo de Frost y colaboradores
· Excesiva preocupación por los errores: Esta es la tendencia a creer que es extremadamente importante no cometer errores y que un traspiés supone un fracaso. Las investigaciones en nuestra propia clínica y en otros centros sugieren que la excesiva preocupación por cometer errores está asociada a una elevada ansiedad social y un temor a ser juzgado por otras personas (Antony et al. 1998; Juster et al. 1996). Esta dimensión de perfeccionismo se solapa en cierto modo con lo que Hewitt y Flett describieron como “perfeccionismo orientado a uno mismo”.
· Altos estándares personales: Esta dimensión refleja una tendencia a adoptar altos objetivos y estándares para uno mismo, y a creer que el hecho de no alcanzar estos estándares supone convertirse en una persona de segunda categoría. Como la excesiva preocupación por los errores, los altos estándares personales están relacionados con lo que Hewitt y Flett llamaron “perfeccionismo asociado a uno mismo”.
· Duda en cuanto a pautas de actuación: Dudar en sus acciones en un sentido perfeccionista conlleva una sensación exagerada de no haber completado las tareas correctamente. Las personas que experimentan estas dudas pueden necesitar más tiempo para finalizar su trabajo y pueden sentir la necesidad de comprobar, corregir o repetir cada paso de su tarea una y otra vez. Las dudas excesivas en cuanto a pautas de actuación se manifiestan a menudo en personas que sufren trastornos obsesivo-compulsivos. Como ocurre con las dos tendencias anteriores, hablamos de la duda en cuanto a pautas de actuación como un componente de lo que Hewitt y Flett llamaron “perfeccionismo asociado a uno mismo”.
· Necesidad de organización: Esta es la tendencia de mostrar una desmesurada inquietud y preocupación por la limpieza, el orden y la organización. Aunque tener habilidades para la organización puede ser de gran utilidad, las personas que se preocupan demasiado por la organización pueden pasar tanto tiempo intentando mantener la organización y el orden que pueden dejar sin hacer otras cosas de vital importancia. Además, cuando una persona es muy rígida e inflexible acerca de cómo se deben hacer las cosas, esto puede traerle problemas con las personas que tengan un modo diferente de hacer las cosas.
· Altas expectativas parentales: Esta dimensión es probablemente más útil como explicación del origen del perfeccionismo que como una dimensión del perfeccionismo por sí misma. Esta dimensión se solapa en cierto modo con lo que Hewitt y Flett llaman “perfeccionismo prescrito socialmente”. Para las personas que sienten la presión por parte de otras para rendir correctamente, los padres constituyen a menudo una fuente de esta presión externa. Las personas tímidas y socialmente ansiosas, al relatar acontecimientos pasados, tienden a contar que sus padres tenían expectativas especialmente altas acerca de ellas
· Excesivo criticismo parental: Las críticas desmesuradas por parte de los padres cuando un error se ha cometido, pueden desencadenar actitudes perfeccionistas. El criticismo parental excesivo está relacionado con las altas expectativas parentales, y muy a menudo ambas tendencias van de la mano. Usted podrá imaginar que los padres que tienen expectativas demasiado altas pueden ser también desmesuradamente críticos al ver que no se cumplen. Como las altas expectativas parentales, se ha demostrado que el criticismo parental está asociado a la ansiedad social y la preocupación por una valoración negativa por parte de los demás.
En resumen, existen varias maneras diferentes de definir el perfeccionismo.
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