Consecuencias del acoso moral
El acoso moral puede entenderse básicamente como producto de el narcisismo y la envidia. De ellas se vale el perverso narcisista –maltratador– para hallar dentro de sí todo el potencial para someter al otro.
El acoso moral se instaura en dos fases distintas: la de la seducción perversa y la de la violencia perversa.
• La seducción perversa es un periodo en el que la persona que acosa se sirve de sus encantos para hacer bajar al otro la guardia. Es entonces cuando se trata por todos los medios de dominar a la víctima, desposeyéndola de sí misma y desautorizándola en todo momento de cualquier control sobre la situación. En un tira y afloja constante del perverso, se somete a la otra persona –incluso durante años– a una situación que finalmente no controla. El perverso, en realidad, hace esto porque teme al otro, es decir, en realidad esconde altísimos gradientes de miedos e inseguridades que le llevan a instaurar esta relación de dominio. En definitiva, teme el potencial de dominio que se halla también inmerso en el otro.
Las principales consecuencias que esta fase tiene sobre el sufriente son que ante la posibilidad que se atisba de estar siendo dominado se impone una actitud que no polemiza con el agresor, puesto que teme una separación de él, siendo ésta, muchas veces, el arma principal del acosador que sabe como nadie jugar esa baza con todas las ventajas. Así, la persona maltratada se comporta de modo dubitativo y confuso, en realidad, no sabe si su verdugo tendrá razón y se comporta como una histérica o como un paranoico.
No hace falta tener muchos conocimientos en Psicología o Medicina para darse cuenta de que inevitablemente todo llevará a que la persona acumule cada vez más tensión interna; estrés que provocará, a su vez, no solamente una sensación psicológica displacentera, sino que además habrá una traducción directa de esta problemática en referentes internos físicos de la persona. Esto por supuesto desencadena en problemas de índole física a largo plazo (enfermedades psicosomáticas)
• La violencia perversa. Constituiría ya una fase de descarado maltrato y acoso moral. El odio se hace manifiesto y no se trata de un amor que se transforma en odio, como se podría llegar a pensar, sino de una envidia que se convierte en odio.
El narcisista perverso es, en realidad, sólo es un inseguro lleno de envidias por lo que el otro es. Ahí esta otra vez la importancia definitiva de la envidia en la explicación de la destructividad humana.
El acosador moral –con toda esa amalgama de odio que siente– someterá a la víctima a las más crueles de las situaciones, eso sí con un exquisito sentido de la mesura para que el otro no tenga pruebas tangibles y claras de su maltrato.
Es más bien un trato crudo, como sin afecto, el que reina en estas situaciones con una continua enumeración de los defectos (reales o supuestos) del humano sufriente que termina por rematar su frágil imagen personal; incluso espera que pierda los estribos y salte, que la víctima se ponga violenta para así decirle que quien tiene los problemas es ella.
Los síntomas consecuentes de estas situaciones son los que se ven a largo plazo, siendo más duras que las anteriores. Entre éstas, pueden verse claras enfermedades psicosomáticas como úlceras gastroduodenales o problemáticas cutáneas.
También patologías psicológicas, depresión como síntoma de la sensación de fraude que el otro ha dejado sometiéndole, manipulándole y maltratándole o conductas abiertamente agresivas contra la persona maltratadora, fruto de una variación de la personalidad, lo cual a su vez puede ser perjudicial si de algún modo el maltratador tiene una prueba de que la persona agresiva es la otra.
Bibliografía
Guerra, L. (s.f.). Tratado de la insoportabilidad la" envidia y otras "virtudes" humanas. Desclëe de Brouwer.
Psicóloga en Vecindario
MARÍA JESÚS SUÁREZ DUQUE
Tf 630723090
PSICÓLOGA INFANTIL, ADOLESCENTES, ADULTOS Y MAYORES
TERAPIA DE PAREJA
TERAPIA DE FAMILIA
PSICÓLOGA ONLINE Y PRESENCIAL
- Psicóloga infantil y adolescentes
- Psicóloga adultos y mayores
- Atención psicológica individual
- Terapia de pareja
- Terapia familiar
- Mediación
- Psicóloga educativa
Atención psicológica en problemas de:
- Apego
- Agresión
- Autocontrol
- Autoestima
- Autoconcepto
- Autorregulación de la conducta
- Maltrato adulto
- Habilidades sociales
- Incomunicación
- Miedos y fobias
- Indecisión
- Inseguridad
- Timidez
- Exclusión social
- Sobreprotección
Atención psicológica en:
- Trastornos de ansiedad
- Trastornos depresivos
- Trastornos alimentarios y de la alimentación
- Trastornos disociativos
- Trastornos somáticos
- Trastornos obsesivos compulsivos y relacionados
- Trastorno relacionados con traumas y factores de estrés
- Trastornos de personalidad
- Trastornos de eliminación
- Trastornos del sueño-vigilia
- Disforia de género
- Trastornos disruptivos del control de impulso y de la conducta
- Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos
- Trastornos del neurodesarrollo
- Trastornos sexuales
- Trastornos parafílicos
- Trastorno bipolar
- Trastorno de dolor crónico
Atención psicológica en otros trastornos:
- Trastorno de duelo prolongado
- Síndrome de psicosis atenuado
- Episodios depresivos con hipomanía de corta duración
- Trastorno neurocomportamental asociado con la exposición prenatal al alcohol
- Trastorno de comportamiento suicida
- Autolesión no suicida
- Fibromialgia
- Trastorno de dependencia emocional
- Altas capacidades
- Dificultades de aprendizaje
Precio 60 euros
Duración 1 hora
Pedir cita:
- Por teléfono, WhatsApp o Telegram 630723090
- Reservar online
Consultas
- Online
- Presencial
Psicóloga María Jesús Suárez Duque
C/ Tunte,6 Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de correos)
Pedir cita: 630723090
Comentarios
Publicar un comentario