Fundamentos teóricos del EIE
Con el concepto inoculación se pretende inmunizar psicológicamente al individuo contra situaciones o acontecimientos estresantes de baja intensidad, afianzando, reforzando e incrementando su repertorio de estrategias de coping, con el fin de que posteriormente pueda servir para afrontar diferentes situaciones de mayor intensidad. Se trata, por tanto, de incrementar las estrategias de afrontamiento al exponerse a un estímulo suficientemente potente como para activar el repertorio de coping pero no de tanta intensidad compa para que la persona se vea superada por el estresor.
En el EIE se presta especial atención a los procesos de preparación y asimilación de los acontecimientos estresantes puesto que la sorpresa y la falta de preparación dificultan los esfuerzos de afrontamiento y facilitan el desajuste emocional.
En el EIE se asume, al igual que en el modelo transaccional del estrés (Lazarus y Folkman, 1984), que el estrés ocurre cuando el individuo percibe que las demandas de la situación superan sus recursos de afrontamiento. Como en el modelo de determinismo recíproco de Bandura (1977) se considera que en el desarrollo del estrés existe una clara interacción e influencia recíproca entre variables personales y situacionales. Asimismo, al igual que los distintos modelos teóricos que ponen de relieve el impacto del estrés sobre los procesos cognitivo-afectivos el EIE considera que los factores cognitivos, afectivos, fisiológicos, conductuales y ambientales están interrelacionados y que cualquiera de ellos, o su interrelación, pueden ser origen del desarrollo y mantenimiento de problemas emocionales.
Varios autores han puesto de relieve cómo los acontecimientos estresantes, claramente amenazantes o aversivos, pueden llegar a invalidar o a cuestionar, a nivel profundo experiencial las creencias básicas fundamentales de las personas relacionadas con la visión de uno mismo y el mundo (p.ej., considerar que el mundo no es tan benevolente y justo como pensaba, que los acontecimientos no necesariamente son predecibles y controlables, que la visa puede no tener sentido y que uno mismo puede sentirse indigno o impotente)
Partiendo de estos supuestos, el terapeuta, utilizando un estilo socrático y didáctico, ayuda de forma interactiva a resolver problemas de individuos concretos de forma creativa, utilizando para ello aquellas técnicas y procedimientos terapéuticos a su alcance, en función del tipo de problema, de las características idiosincráticas de la persona y de la situación.
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