Esperanzas y temores del psicólogo y el paciente (Salzberger-Wittenberg, 1970)
Las esperanzas y temores del psicólogo, aunque perfectamente lícitas y hasta beneficiosas, si se experimentan de forma extrema se convierten en una presión excesiva que puede dificultar su trabajo profesional y la propia relación asistencial. Así, por ejemplo, las expectativas de ser útil, de ser tolerante y de comprender al entrevistado, o el temor a provocarle daño y de no comprenderlo suficientemente, pueden implicar actitudes omnipotentes en el profesional, intervencionistas en la vida del paciente o hasta colusivas en la relación con él, si son experimentadas como implacables exigencias internas.
Igualmente, en el caso del paciente, las esperanzas de librarse del dolor y de ser valorado o incluso apreciado, y el temor a ser culpado o abandonado, determinarán actitudes dependientes, seductoras o autoinculpadoras cuando se viven de forma muy intensa.
Si las condiciones terapéuticas son las adecuadas, permitirán la identificación de estas esperanzas y de estos temores en ambos participantes de la relación, incorporándolas a su trabajo y a la elaboración del resto de conflictos.
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