¿Es efectiva la Terapia cognitiva en la depresión?
1) Zeiss, Lewinsohn y Muñoz (1979) descubrieron que los participantes con depresión mejoraban independientemente de los componentes específicos del tratamiento. El grupo de pacientes con depresión no hospitalizados recibió:
· una reestructuración cognitiva,
· un aprendizaje de habilidades interpersonales, o bien una programación de acontecimientos agradables.
Todos los tratamientos tuvieron éxito a la hora de eliminar la depresión.
Zettle y Rains (1989) compararon tres terapias de grupo:
· la terapia cognitiva total,
· la terapia cognitiva parcial y
· el enfoque contextual denominado «distanciamiento integral».
Todos los grupos mostraron reducciones importantes e iguales en la depresión en las doce semanas de tratamiento y durante dos meses más a modo de seguimiento.
2) En 1989, Scogin, Jamison y Gochneaur descubrieron que tanto la
biblioterapia centrada en lo cognitivo como la biblioterapia basada
en la conducta eran superiores a las condiciones de control, pero
ambas intervenciones eran igualmente eficaces.
3) Jacobson et al. (1996) identificaron y compararon los distintos componentes de un tratamiento entre sí con el propósito de reconocer qué partes del tratamiento son casualmente activas. Se le asignó al azar a 50 adultos con depresión uno de los tres tratamientos:
a) El componente de activación conductual (programación de actividades, índices de dominio/placer, asignaciones graduadas de la tarea).
b) La activación conductual más la reestructuración cognitiva de pensamientos automáticos (estrategias conductuales y estrategias cognitivas diseñadas para modificar la forma de pensar en situaciones concretas)
c) El paquete completo de terapia cognitiva, consistente en la activación conductual, la reestructuración cognitiva de pensamientos automáticos y la reestructuración cognitiva de opiniones fundamentales. (estrategias citadas en la opción a) y b) más estrategias para el cambio de opiniones fundamentales sobre uno mismo, sobre el mundo y sobre el futuro, es decir, todas las estrategias de la AC)
Resultados:
No hubo diferencias significativas entre los tres tratamientos, ni en el intenso tratamiento para la depresión ni en la prevención de la recaída mediante un seguimiento de dos años (Jacobson et al., 1996; Gortner, Gollan, Dobson y Jacobson, 1998).
Bibliografía
Martell, Dimidjian, & Herman-Dunn, &. (2013). Activación Conductual para la depresión. Una guía clínica.Desclée De Brouwer.
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