Estrategias subrayadas en el tratamiento de la imperfección y vergüenza
Relación terapéutica.
La relación terapéutica es central para el tratamiento de este esquema. Si el
terapeuta, conociendo el defecto percibido, es capaz de seguir cuidando del paciente, entonces
el paciente lo sabrá y se sentirá más merecedor. Es importante que el terapeuta ofrezca mucha
afirmación directa y muchos elogios y subraye los atributos positivos del paciente.
Estrategias cognitivas
Las estrategias cognitivas persiguen modificar el punto de vista del paciente sobre sí mismo como imperfecto:
· Los pacientes examinan las pruebas favorables y desfavorables al esquema,
y dirigen diálogos entre el esquema crítico y la parte del adulto sano que dispone de suficiente
autoestima.
· Aprenden a subrayar sus virtudes y a reducir la importancia que asignan a sus imperfecciones.Las cuales, más que inherentes a la persona, son conductas que han aprendido en la infancia y que pueden ser modificadas, o no son imperfecciones sino manifestaciones de hipercriticismo. Hemos comprobado que la mayoría de los pacientes con este esquema no suele presentar imperfecciones realmente graves, sino que ha tenido padres extremadamente críticos o con tendencia a rechazarlos. Es más, incluso cuando los pacientes presentan alguna imperfección, en la mayoría de los casos puede ser tratada en la terapia o con ayuda de otros recursos; y si no lo fuera, no son tan graves como el paciente creía.
· Ayudan al paciente a reatribuir los sentimientos de imperfección y vergüenza a la disposición crítica de otras personas significativas de su infancia. Las tarjetas recordatorio que describan las cualidades del paciente pueden ser muy útiles para el tratamiento de este esquema.
Estrategias experienciales
Experiencialmente, mediante actividades de imaginación y diálogos, es conveniente que los
pacientes expresen la ira que sienten hacia sus padres que fueron críticos con ellos o que les
rechazaron. El terapeuta se introduce en las imágenes de la infancia en las que esté presente el
padre/madre crítico, por una parte, confronta al padre/madre y, por otra, consuela, protege y
elogia al niño rechazado. Llegado el momento, los pacientes empiezan a ser capaces de
desempeñar ellos mismos este rol: se introducen en la imagen como el adulto sano que se
enfrenta al padre/madre crítico y consuelan al niño rechazado.
Las estrategias conductuales –sobre todo, la exposición– son imprescindibles especialmente
en el tratamiento de los pacientes evitativos. En la medida en que los pacientes con esquemas
de imperfección eviten el contacto humano íntimo, sus sentimientos de imperfección
permanecerán intactos. Los pacientes se esfuerzan por participar en situaciones
interpersonales que potencialmente enriquecerán sus vidas. Las estrategias conductuales
también pueden ayudar a los pacientes a corregir algunos de los fallos legítimos (p. ej., perder
peso, mejorar su apariencia, aprender habilidades sociales). Además, los pacientes se
esfuerzan por elegir personas significativas que les apoyen más y les critiquen menos. Tratan
de seleccionar a parejas que les quieran y les acepten.
Conductualmente los pacientes:
· Aprenden a no reaccionar en exceso ante las críticas. Aprenden que, cuando alguien les plantea una crítica válida, la respuesta apropiada consiste en aceptar la crítica y tratar de cambiarse a sí mismo; cuando alguien les plantea una crítica que no es válida, la respuesta apropiada consiste simplemente aseverar el propio punto de vista ante la otra persona y afirmarse internamente que la crítica es falsa. No conviene atacar a la otra persona; no es necesario responder con la misma moneda ni combatir para demostrar que la otra persona se equivoca.
· Aprenden a establecer límites con las personas hipercríticas y dejan de tolerar el maltrato. Los pacientes trabajan también la auto-apertura con las personas significativas en quienes confían. Cuantas más cosas de sí mismo pueda compartir y aún así seguir siendo aceptado, más capaz será de superar el esquema.
· Se esfuerzan en reducir sus conductas compensatorias: ya no intentan sobre compensar su sensación interna de imperfección aparentando ser perfectos, buscando logros exagerados, degradando a otros o compitiendo por el estatus.
Es de especial importancia que el terapeuta muestre una postura de aceptación sin enjuiciamiento hacia los pacientes con este esquema. También es crucial que el terapeuta no se presente como perfecto. Al igual que cualquier ser humano, el terapeuta comete errores y reconoce sus fallos.
Bibliografía
Young, Klosko & Weishaar (2013) Terapia de esquemas. Guía práctica. Desclée De Brouwer.
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