LA JERARQUÍA EVOLUTIVA
El sistema nervioso autónomo se compone de dos ramas (parasimpático y simpático) y, con la división del sistema parasimpático, tres vías distintas, cada una de las cuales trabaja al servicio de la supervivencia. A medida que surgía cada vía nueva, se retenía la más antigua, lo que continuaba aportando su respuesta única de supervivencia (Porges, 2006).
dorsal de inmovilización que nuestros ancestros reptilianos usaban para
sobrevivir se agregó primero con el sistema simpático de movilización y
opciones de lucha y huida y luego con el sistema vagal ventral de comunicación social y conexión. A medida que se construía cada nuevo
sistema y se retenía el anterior, emergía la jerarquía autonómica.
· El sistema vagal dorsal más antiguo corre en el fondo, regulando los órganos debajo del diafragma, incluido el sistema digestivo.
· El sistema nervioso simpático, próximo a llegar, trabaja para hacer circular la sangre, dar forma a los ritmos cardíacos normales, regular la temperatura corporal, responder a los cambios de postura y proporcionar energía al sistema para apoyar la pasión y el juego.
· El sistema vagal ventral, el más reciente, brinda la capacidad de conexión y compromiso social. El vago ventral tiene la tarea de supervisar el sistema nervioso autónomo, manteniendo metafóricamente los sistemas simpático y vagal dorsal en un cálido abrazo. Cuando la vía autonómica más nueva dirige el sistema, el resultado es una homeostasis saludable.
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