Ir al contenido principal

Objetivos terapéuticos en el tratamiento del delincuente adolescente

 Objetivos terapéuticos en el tratamiento del delincuente adolescente


1)     Eliminar el narcisismo del adolescente

El delincuente no asume la responsabilidad de su conducta delictiva. Si lo cogen cometiendo alguna infracción, se limita a decirse a sí mismo: “Salió mal, pero la próxima vez no me atraparán”. Por otro lado, se observa con frecuencia que las figuras parentales mantienen el comportamiento reprobable del adolescente al desculpabilizarlo en mayor o menor medida. Sin embargo, no hay que olvidar que las personas sólo se vuelven competentes cuando se cuestiona y se destruye su narcisismo infantil, que les dice que siempre serán protegidos. Por esta razón, la meta terapéutica es crear una crisis existencial en el muchacho para hacerle comprender que él es el responsable de su vida y que para salir adelante deberá apoyarse exclusivamente en su propio esfuerzo.

2)     Fortalecer la jerarquía del sistema parental.

Desde un principio se debe incluir a todos los miembros significativos del sistema que envuelve al delincuente. El mundo de sus amigos puede poner al descubierto la vitalidad y las emociones que obtiene el adolescente de la delincuencia. Dicho contexto exterior actúa negativamente manteniendo y potenciando la conducta delictiva, pero también puede ser el medio donde el adolescente despliega ciertas facetas positivas que habrá que introducir en el sistema familiar.

La intervención intentará fortalecer la jerarquía parental para contrarrestar y regular la influencia de los amigos. En este sentido, es importante que los padres ayuden a su hijo a encontrar un contexto extrafamiliar que refuerce las facetas no delincuentes, impidiendo el contacto con aquellos sectores que favorezcan el comportamiento delictivo. Asimismo, no les permite que utilicen la conducta problemática del hijo para evitar sus conflictos como pareja. Por ello, es preciso disipar la creencia paterna de que la firmeza por separado es la respuesta al problema, ya que, en realidad, la delincuencia se fomenta por la tendencia a tomar decisiones de forma independiente. La solución radica en que ambos estrechen filas y se muestren fuertes como pareja para conseguir que su hijo se comporte de forma responsable y acate las reglas familiares y extrafamiliares. Por tanto, se debe instar a los progenitores a que valoren la gravedad de las conductas delictivas y a que ninguno reaccione ante ellas de forma benévola o transigente.

Se ha de tener en cuenta la habilidad del adolescente para manipular a los padres, amenazándoles con no volver a casa si se muestran firmes al imponer normas de conducta. Entonces invertirá la amenaza planteando que el hijo podrá regresar al hogar sólo cuando se comporte de forma apropiada e impedirá que asuma el control, pero cuidando de no cerrarle todas las puertas. El propósito no es meramente devolver la autoridad a los padres, sino hacerlo de tal modo que impulsen a su hijo a ganarse el derecho de volver a la familia. Al suministrar los medios de enmendarse obedeciendo las reglas formuladas por los padres, se promueve el proceso de expiación, ya que el adolescente tiene que negociar el precio de pertenecer al sistema familiar cumpliendo las normas acordadas.

Psicóloga en Vecindario

María Jesús Suárez Duque


Psicóloga infantil, adolescentes, adultos y mayores

Terapia de pareja

Terapia de familia


Tf 630723090


RESERVA ONLINE👍 

PSICÓLOGA ONLINE Y PRESENCIAL 

 

 

Atención psicológica en problemas de: 

Atención psicológica en:

 Atención psicológica en otros trastornos:

 

Precio 60 euros

Duración 1 hora

Pedir cita: 

Consultas

 

Psicóloga María Jesús Suárez Duque

C/ Tunte,6 Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de correos)

Pedir cita: 630723090

Comentarios

Entradas populares de este blog

TERAPIA DE PAREJA: Técnicas terapéuticas

  TÉCNICAS TERAPÉUTICAS PARA EL CONTROL DE LA IRA   Suspensión temporal (tiempo-fuera)    Se trata de que el sujeto esté atento a las primeras reacciones de ira en un momento determinado y de atajar el momento de las mismas por medio de un alejamiento temporal de la pareja.       Fases en la aplicación de esta técnica son las siguientes: 1)      Identificación de los indicios de ira.  2)      Aviso a la víctima. Se establece un acuerdo con la pareja sobre una señal que indique la puesta en marcha de la suspensión temporal. La señal puede ser física o verbal. No puede añadir ninguna expresión inculpatoria hacia la pareja como “Tiempo-fuera, estás enfureciéndome” o “estás haciéndome perder el control”.  3)      Alejamiento físico y psicológico de la situación. Dejar el hogar durante una hora (ni más ni menos). Durante este tiempo puede hacer alguna actividad física que le ayude a ...

CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LA ADICCIÓN

  Las drogas adictivas son aquellas cuyos  efectos reforzantes  son tan fuertes que algunas personas expuestas a ellas no pueden prescindir de tomarlas y llegan a organizar su vida en función de su consumo. Por fortuna, la mayoría de los que consumen droga no se convierten en adictos. En un principio, las drogas más adictivas procedían de plantas, que las utilizaban en defensa contra insectos u otros animales que de otra manera las devorarían; pero los farmacólogos han sintetizado muchas otras drogas con efectos aún más potentes. Si se toma regularmente ciertas drogas adictivas (sobre todo opiáceos), se produce tolerancia a sus efectos y se han de tomar dosis cada vez mayores para alcanzar el mismo efecto. Si luego se deja de tomar la droga, se producen efectos de abstinencia, opuestos a los efectos básicos de la droga. Sin embargo, los efectos de la abstinencia no son la causa de la adicción:  el potencial adictivo que conlleva una droga se relaciona con su capacida...

LA PERSONALIDAD DEL DROGODEPENDIENTE

  LA PERSONALIDAD DEL DROGODEPENDIENTE En primer lugar, ha de decirse quién es una persona dependiente de una droga. Para ello hay que detenerse en explicar el continuo: uso, abuso y dependencia. Se puede usar una pastilla de éxtasis, es decir, hacer uso de ella, consumirla esporádicamente tal vez para experimentar, como hay quien lo hace con el LSD, en momentos puntuales. El uso o consumo aislado no tiene por qué poner necesariamente en peligro la vida del sujeto, a no ser que tome una sobredosis en relación a lo que su organismo puede admitir o que tenga un mal viaje como les ha sucedido a muchos en la toma de ácidos lisérgicos. Se puede hacer abuso de la sustancia, tomando más de una dosis de modo reiterado y con acotaciones de tiempo pequeñas y, en último lugar, se puede caer en una dependencia , en la que el sujeto necesita constantemente de la sustancia para salir de marcha a bailar bakalao todo el fin de semana o varios días, o ir a los afters para relacionarse ...