LA PRIVACIÓN EMOCIONAL COMO TRAMPA VITAL

 LA PRIVACIÓN EMOCIONAL COMO TRAMPA VITAL

La trampa vital de la privación emocional está relacionada con la intensidad de tus relaciones emocionales con los demás.

Se basa en la creencia de que tus necesidades de amor nunca serán satisfechas de forma adecuada, que no te querrán ni comprenderán cómo te sientes.

Te atraen las personas frías y egoístas, por lo que inevitablemente las relaciones que estableces te resultan insatisfactorias. 

Te sientes estafado y el estado de ánimo te fluctúa entre el enfado por la insatisfacción y el dolor y la soledad. Paradójicamente el enfado sólo consigue distanciar a las personas, de modo que tu carencia emocional continúa presente.

Estas personas desconocen lo que es el amor, tienen sensación de vacío de desconexión emocional.

Ejemplos de casos:

·      Un hombre con 39 años que le decepcionan emocionalmente las mujeres. Ha tenido relaciones sentimentales desde que era un adolescente, pero ninguna había durado más de seis meses. El patrón siempre era el mismo. Cada vez que empezaba una relación sentía esperanza y emoción. Creía que, por fin, aquella era la mujer ideal. A pesar de la intensa atracción inicial, inevitablemente la relación desemboca en decepción. Sentía una atracción sexual muy intensa al principio de la relación, pero esta pasión se extinguía progresivamente hasta que sólo le quedaba un sentimiento de decepción. Después de esto, la relación finalizaba enseguida. Se sentía emocionalmente muerto. Su falta de intimidad con las mujeres se aplica a todas sus relaciones. No se siente cerca de nadie, de ninguno de sus miembros de la familia, y además no tenía amigos. Su único respiro a su soledad es iniciar relaciones con mujeres, pero estas relaciones no duran. Aún ante claras evidencias de cariño (celebrarle una fiesta de cumpleaños con un enorme esfuerzo y gasto y al abrir el regalo pensar que lo que él le regaló era mucho más caro) persiste su sentimiento de pérdida.

Casi fue desatendido por completo. Su madre tenía 17 años cuando se quedó embarazada. Su padre era mucho más mayor y estaba casado, y rechazó reconocer al niño. Su madre tenía la esperanza de que una vez nacido, su padre se ablandara y asumiera el papel. Sin embargo, eso no ocurrió y su madre perdió todo el interés por el hijo. Ella esperaba que su vida volviera inmediatamente a la normalidad y, por tanto, podría empezar de nuevo a salir con hombres ricos. 

·      Un hombre de 28 años se enamora de mujeres inasequibles. Las mujeres tenían una personalidad similar. Le atraían las mujeres frías y reservada. Cuando se encuentra con una mujer que es cariñosa y que se entrega, pierde rápidamente el interés. Las mujeres que le interesan y que incluso pueden obsesionarle son narcisistas, egocéntricas y esperaban mucho de él, pero daban poco a cambio. Aunque estas mujeres lo encontraban grato porque era muy atento, evitaban las relaciones sentimentales y nunca se comprometían. Sus relaciones eran tormentosas e iban del éxtasis a la agonía. A medida que su enfado y frustración aumentan, a la mujer le disgustaba pasar tiempo con él. Finalmente, la relación acababa. Posteriormente pasaba un período de desidia hasta que iniciaba de nuevo el proceso con otra mujer.

Parecía tener una buena madre, le dio los mejores juguetes, la mejor ropa, las mejores escuelas, las mejores vacaciones. Sin embargo, había un sentimiento de frialdad. La madre era una abogada de éxito. Centraba su atención en el trabajo y en casa estaba absorta y alejada. En su corazón consideraba a su hijo como un incordio. No era cariñosa y tenía dificultades para expresar afecto, incluso con las personas que apreciaba. Se culpaba en secreto de los sentimientos poco intensos que tenía hacia su hijo. No tenía ninguna culpa de que le despertara tan poco amor. El niño creció con la ausencia de una figura materna que le cuidara y cubrió su pérdida con una gran coraza de ira (afrontamiento de contraatacar). En apariencia, parecía un chico mimado y creído. De adulto reproducía la privación emocional en numerosas relaciones sentimentales con mujeres que eran inasequibles. Siempre tenía la misma suerte en todas las relaciones e, inevitablemente, cada mujer le frustraba y le volvía más exigente. Sus relaciones terminaban de la misma manera, con la mujer rompiéndole el corazón.

El amor de su padre curó parcialmente el daño producido por su madre permitiéndole establecer relaciones saludables fuera de su familia. No creía que todas las personas fueran distantes o frías emocionalmente, sino sólo de las mujeres de las que se enamoraba. Tenía relaciones satisfactorias con mucha gente y tenía buenos amigos, tanto hombres como mujeres.

·      Una mujer de 40 años da mucho en el plano afectivo, pero está casada con un hombre que no se puede entregar a ella. Llevan 5 años juntos. Tienen un niño recién nacido. Ella es cariñosa y una madre afectuosa. Tiende a mimar a su hijo, le duele oír sus lloros y se esfuerza en satisfacer sus más pequeñas demandas. Él trabaja muchas horas e incluso cuando está en casa muestra poco interés en estar con ella. Ella sospecha que le es infiel y está en un estado de constante irritación lo que a su vez sirve para alejarlo más. Manifestó la trampa vital en la elección de su profesión (educadora social) que implicaba satisfacer las necesidades de otras personas. El cuidado a los demás puede ser una manera de compensar los propios sentimientos de insatisfacción a nivel emocional. Del mismo modo, puede hacer un gran esfuerzo para satisfacer las necesidades de sus amigos. Siempre es la que escucha. Entiende a las personas mejor de lo que ellas le entienden o quieren entenderme.

Su madre no la desatendía cuando era niña, pero al igual que en el primer caso era una madre narcisista. En vez de ver a su hija como una persona distinta con sus propias necesidades, la veía como una extensión de sí misma, como un objeto que podía utilizar para sus propias gratificaciones. Lo que la madre quería para su hija es lo que ella no había logrado conseguir en su propia vida: llegar a ser rica. Quería que su hija se casara con un hombre rico. Por ello, su hija creció para satisfacer los deseos de su madre. Se casó con un hombre rico que trabajaba como ejecutivo. Él esperaba de ella que estuviera guapa y se mostrara afectuosa en compañía de los demás. Cuando la compañía se iba, él no le hacía caso.