Tratamiento del Trastorno de personalidad esquizoide
Es muy poco frecuente que los sujetos con un TEP acudan a tratamiento y si lo hacen suele ser por otros problemas distintos al TEP (depresión, elevado estrés, drogadicción, etc.), aunque éste pueda encontrarse en la base de dichos problemas.
Existe muy poca información sobre el tratamiento de pacientes con un TEP. La falta de motivación para cambiar de estos sujetos, así como sus limitaciones en la expresión afectiva, constituyen importantes obstáculos para que una terapia tenga éxito en la modificación de los síntomas del TEP.
En algún caso se ha informado de una cierta utilidad de la hipnosis (Scott, 1989), aunque se trata de casos anecdóticos.
En el supuesto de que el paciente tuviera motivación para cambiar, las técnicas conductuales podrían ayudar, especialmente en lo concerniente a la adaptación adecuada a nuevas circunstancias y a la disminución del aislamiento social (Kalus, Bernstein y Siever, 1995).
El entrenamiento en habilidades sociales (especialmente en grupo) y la exposición gradual a tareas sociales, como el establecimiento de actividades sociales estructuradas, pueden ser procedimientos de ayuda para mejorar y aumentar las relaciones interpersonales de los sujetos con un TEP.
La modificación de los esquemas y pensamientos disfuncionales básicos de este trastorno por medio de la terapia cognitiva es difícil, teniendo en cuenta la importancia de la colaboración entre paciente y terapeuta que requiere ese tipo de terapia. Las intervenciones cognitivas con el TEP han sido vagas y poco explícitas (p. ej., Beck y Freeman, 1990; Freeman, Pretzer, Fleming y Simon, 1990), han propuesto un registro diario sistemático de los pensamientos disfuncionales y de las suposiciones básicas (que se irán abordando en las sesiones posteriores), así como un aumento en la vivencia de emociones positivas (frecuentemente a través de tareas conductuales).
Tratamientos cognitivo-conductuales utilizados para este trastorno (Caballo, 2001)
· Entrenamiento en habilidades sociales.
· Exposición gradual a tareas sociales.
· Modificación de esquemas disfuncionales.
· Aumento en la vivencia de emociones positivas.
Aunque se ha planteado que los rasgos del esquizoide son permanentes, retrotrayendo su inicio a la infancia e incluso sugiriendo aspectos genéticos en su desarrollo, algunos autores cuestionan la permanencia de varias características básicas como la falta de expresión emocional.
Scott (1989) informó que, después de un tratamiento de cinco meses con hipnosis a un individuo diagnosticado con TEp, tuvo considerables modifica- ciones en la manifestación de emociones y en sus relaciones heterosexuales.
Quizá los principales problemas se encuentran en que sus conductas características pueden dificultar sus progresos en diferentes áreas, como la laboral y la social. Es decir, puede que el individuo no ascienda en su trabajo o que no encuentre una pareja. No obstante, si el individuo no manifiesta quejas y el entorno no sale perjudicado por él, habría que plantearse desde un punto de vista existencial si tenemos derecho a modificar este patrón de comportamiento.
Comentarios
Publicar un comentario