Déficit de atención/Déficit de atención con hiperactividad (DA y DAH) comórbido con TOC
El
déficit de atención con hiperactividad es el trastorno neuropsiquiátrico más
frecuente en los niños. Afecta a entre un 3% y un 5% de los niños, Su
frecuencia es entre 4 y 9 veces mayor en niños que en niñas (Koplewicz, 1996).
El déficit de atención y el déficit de atención con hiperactividad se
caracterizan por la falta de atención y la impulsividad: es decir, por la
dificultad para mantener la atención centrada en algo y por ser susceptible
a un amplio abanico de distracciones.
Cuando
el déficit de atención va acompañado por la hiperactividad (una inquietud excesiva
e incontrolable e incapacidad para sentarse hasta el punto de que ello interfiere
en la escuela y el colegio), se emplea el término de “déficit de atención con
hiperactividad”.
Para diagnosticarse un déficit de atención y el déficit de atención
con hiperactividad, los síntomas deben:
•
Encontrarse presentes antes de los siete años.
• Ser
crónicos (más de 6 meses de duración).
•
Hallarse presente en casa y en el colegio.
• Causar
problemas importantes en el niño.
• Estar
casi siempre presentes.
Otros trastornos
pueden generar la falta de atención, impulsividad e hiperactividad. Entre éstos
se encuentran los trastornos de ansiedad, la depresión y trastorno
neuropsiquiátrico autoinmune pediátrico.
Estos
deberían tenerse en cuenta cuando los síntomas empiezan después de los siete
años (Swedo y Leonard, 1998). La mayoría de los trastornos
neuropsiquiátricos pueden provocar problemas en la atención y la concentración
similares a los síntomas del déficit de atención.
Los
niños que padecen un trastorno obsesivo compulsivo parecen, con frecuencia,
desatentos y distraídos cuando en realidad se centran en sus
pensamientos obsesivos. Aunque algunos niños con trastorno obsesivo
compulsivo también experimentan un déficit de atención con o sin hiperactividad,
los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo se confunden con frecuencia
con los del déficit de atención con o sin hiperactividad. Los niños con
trastorno obsesivo compulsivo que parezcan preocupados por los
pensamientos obsesivos y lleven a cabo rituales compulsivos con
frecuencia son diagnosticados por error con un déficit de atención con o
sin hiperactividad.
La
historia de Stevie
Hasta el
cuarto año de escuela, Stevie fue un buen estudiante. Pero ese año se volvió
cada vez más distraído y parecía soñar despierto la mayor parte del tiempo.
Cuando éste no era el caso, se encontraba fuera de su asiento. Su profesor
siempre estaba con la misma canción de “¡Siéntate Stevie!”. Rara vez entregaba
los deberes porque normalmente los perdía o los olvidaba. Suspendía los
exámenes porque nunca los terminaba.
A primera
vista, parecía obvio que Stevie padecía un déficit de atención con
hiperactividad. Pero una cuidadosa evaluación mostró que padecía un trastorno
obsesivo compulsivo.
¿Cuáles
son las claves de este diagnóstico?
• Los
síntomas de Stevie no empezaron hasta que tuvo 9 años.
• Una
evaluación más completa revelaba que cuando Stevie se encontraba “soñando
despierto”, en realidad se enfocaba en sus
pensamientos
obsesivos.
• Stevie
dejaba su sitio en clase con frecuencia, pero sus movimientos tenían un fin.
Sus pensamientos obsesivos implicaban el temor de que a su madre le iba a pasar
algo malo. Se sentía temporalmente aliviado cuando tocaba una puerta, pared o
ventana. Lo que parecía un modo de vagar alocadamente era una táctica para
ocultar los rituales de toque.
• Los
exámenes no se terminaban y las tareas se perdían debido al constante chequeo.
Por la noche dedicaba horas a hacer los deberes, comprobando una y otra vez las
respuestas. Frustrado, tiraba por lo general sus deberes antes que entregarlos
de un modo imperfecto.
En estos
momentos, se percatará indudablemente de la importancia de efectuar un
diagnóstico adecuado en los niños con trastornos neuropsiquiátricos.
La
investigación ha revelado qué medicamentos y terapias funcionan mejor en cada uno
de los casos. El primer paso es lograr un diagnóstico adecuado. Después es
importante el apoyo familiar para todo aquél que se enfrente a un trastorno
obsesivo compulsivo, pero especialmente en el caso de los niños.
Bibliografía
C., P.,
& M., H. B. (2003). Guía práctica del TOC. Pistas para su liberación.
Desclée de Brouwer.
Comentarios
Publicar un comentario