LA TERAPIA
COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA EL TRATAMIENTO DEL TOC
Seguir
un tratamiento de terapia cognitiva-conductual (TCC) constituye un elemento
importante para recuperarse de un trastorno obsesivo
compulsivo. Una investigación llevada a cabo por el Dr.
Lewis, de la UCLA, demostró que la terapia de conducta genera cambios positivos
en la actividad cerebral similares a los producidos por un tratamiento farmacológico
adecuado (Yaryura-Tobias y Neziroglu, 1997b).
La
terapia cognitivo-conductual ayuda al enfermo suministrando las herramientas
necesarias para manejar sus obsesiones y compulsiones. La práctica continuada y
el empleo de las técnicas y habilidades aprendidas en la terapia
cognitivo-conductual ayuda a que los síntomas sean manejables.
Un
tratamiento conductual exitoso requiere motivación y una práctica diaria.
Inicialmente
puede parecer bastante desafiante, incluso espeluznante, pero lograr un alivio
de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo lo convierte en algo valioso.
Cuando la medicación y la terapia se llevan a cabo simultáneamente, ambos tratamientos
se complementan entre sí. La medicación altera el nivel de serotonina, mientras
que la terapia de conducta ayuda a modificar el comportamiento enseñando al
paciente las habilidades para resistir las compulsiones y obsesiones. La
medicación puede reducir el nivel de ansiedad, facilitando así que se
implementen los principios de la terapia cognitivo-conductual.
Exposición y
prevención del ritual (EPR)
Conforman
las principales técnicas para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo.
El fin de la exposición es reducir la ansiedad y el malestar asociados con
las obsesiones a través de un proceso denominado habituación.
La
habituación es un proceso natural mediante el cual nuestro sistema nervioso
“se acostumbra a” o “se aburre con” los estímulos a través del contacto
repetido y prolongado. Esto se realiza empleando una exposición de
larga duración frente a la ansiedad de la vida real y ante las situaciones que
evocan los rituales. Esto se denomina exposición “in vivo” o “de
la vida real”.
Por
ejemplo, a la persona se le puede pedir incluso que toque o que contacte, de
algún otro modo, con algún objeto temido, tal como algún cubo de basura vacío o
algún otro objeto “contaminado”, sin reducir la ansiedad a través del lavado de
manos. Mediante una práctica reiterada, el paciente se percata de que no
aparecen las desastrosas consecuencias y que disminuye la grave ansiedad
asociada en un inicio con tal situación. En esto consiste el proceso de habituación.
Es mejor
que la exposición se efectúe en etapas, “en pasos muy pequeños” que conduzcan a
la meta final de una habituación completa al objeto o situación temidos. Por
ejemplo, la exposición a un cubo de basura “contaminado” puede iniciarse logrando
que el paciente toque una esquina “segura” del cubo con tan solo una uña. Con
el tiempo, la exposición progresa de tocar el cubo con una uña a hacerlo con un
dedo y esperando tanto tiempo como sea necesario para que acontezca la
habituación. Después se emplean varios dedos, luego la palma de la mano, luego
el dorso. Con cada paso se confronta el
miedo, la ansiedad que surge, después se permite que la
habituación aparezca de un modo gradual y natural.
En
ocasiones, es imposible, o muy poco práctico, recrear la situación temida. Un
ejemplo de ello es el temor a enfermarse o perder al ser amado. En tales casos
se emplea la exposición encubierta (en imágenes).
La
exposición encubierta implica una visualización prolongada y repetida de la
imagen o situación temida durante tanto tiempo como sea necesario para que
se presente la habituación. Cuando se combina con la exposición “en vivo”, la
exposición encubierta constituye una técnica útil para superar la “estructura
de temor” del trastorno obsesivo compulsivo.
Prevención del
ritual
El
propósito de la prevención del ritual es disminuir la frecuencia de este
último. Se instruye a la persona con trastorno obsesivo compulsivo para que
enfrente el estímulo temido, para que experimente la urgencia de efectuar el
ritual y después bloquee simultáneamente las compulsiones, como por ejemplo el
lavado de manos o la comprobación excesiva.
En
primer lugar, puede instruirse a la persona para que demore la compulsión,
trabajando de un modo gradual hasta resistirse totalmente a ésta. Finalmente,
la meta de la prevención del ritual es el cese total de toda compulsión.
Esto suena amenazador, incluso imposible, para aquellas personas con trastorno
obsesivo compulsivo que estén pensando en intentar ingresar en una terapia
cognitivo-conductual.
Pero con un
esfuerzo regular y con el apoyo sólido de un “entrenador”, tal como un
terapeuta o un familiar, el ritual de prevención es una de las herramientas más
poderosas para liberarse del trastorno obsesivo compulsivo.
Cambios cognitivos
El
componente cognitivo de la terapia cognitivo-conductual implica la modificación
de los pensamientos y creencias distorsionados. Existe muy poca evidencia
empírica controlada de que la terapia cognitiva por sí sola constituya un
tratamiento efectivo para el trastorno obsesivo compulsivo sin emplearse el
componente conductual. La mayoría de las personas con trastorno obsesivo
compulsivo ya han dedicado una inmensa cantidad de tiempo al intento de
corregir sus cogniciones disfuncionales. Por lo general son conscientes de que
su pensamiento es obsesivo y anormal (Pedrick, 1997). La terapia cognitiva es
útil si se combina con la exposición y la prevención del ritual.
En la terapia cognitiva, se anima a la
persona a que identifique los pensamientos y actitudes distorsionados y los
sustituya por otros más saludables. Principales errores cognitivos de las personas que padecen un
trastorno obsesivo compulsivo
• Pensamiento
en “blanco o negro” o pensamiento dicotómico
Ejemplos:
“Si no estoy totalmente seguro, entonces corro un peligro enorme y abrumador”.
“Si no lo hago perfectamente, entonces lo haré horrible”.
• Pensamiento
mágico
Por
ejemplo: “Si tengo un pensamiento malo u horrible, ciertamente eso hará que
ocurra algo malo u horrible”.
• Exageración
del riesgo y el peligro
Por
ejemplo: “Si me arriesgara, incluso mínimamente, probablemente ocurriría algo
terrible”.
• Perfeccionismo
Ejemplo:
“Cualquier cosa que haga será intolerable a menos que esté perfecta”.
• Moralidad
excesivamente rígida
Por
ejemplo: “Iré con certeza al infierno (o seré castigado con severidad) incluso
por el más leve error, equivocación o desliz”.
• Responsabilidad
excesiva por los demás
Por
ejemplo: “Siempre debo, en toda ocasión, guardarme de cometer un error que
pueda posiblemente, incluso remotamente, dañar a una persona inocente”.
• Fusión
Pensamiento/Acción (similar al pensamiento mágico)
Por
ejemplo: Si tuviese algún pensamiento negativo, o incluso terrible, referente a
dañar a alguien, se siente igual que si realmentelo hubiera hecho”.
• Exageración
de la importancia del pensamiento
Por
ejemplo: “Si creo que ocurre algún evento terrible, la probabilidad de que
realmente acontezca es muy alta”.
• El
error de la exclusividad
Por
ejemplo: “Si fuese a ocurrir algo negativo, es mucho más probable que me ocurra
a mí o a alguien que ame/aprecie que a los demás”.
• La
“estrategia de la nobleza” (también conocida como el complejo de mártir o
cordero sacrificado)
Por
ejemplo: “¡Qué noble y maravilloso soy! Sufriré gustosamente y sacrificaré mi
vida llevando a cabo rituales interminables (lavarse, contar, comprobar, etc.)
durante todo el día a modo de precio mínimo a pagar para proteger a aquellos
que amo del peligro y el daño. Y como ningún conocido íntimo ha muerto o
sufrido, debo de estar haciéndolo bien”.
• Pensamiento
de “Qué pasaría si...”
Por
ejemplo: El día de mañana, ¿qué ocurriría si...
–lo
hiciera mal?
–cometiese
un error?
–contrajera
el SIDA?
–provoco
un daño a alguien?
• No
tolerar la incertidumbre
Por
ejemplo: “No puedo relajarme hasta que esté cien por cien seguro de todo y sepa
que todo irá bien. Es insoportable no estar seguro de algo (mi futuro,
mi salud, la salud de los seres amados)”.
En el
programa autodirigido, la reestructuración cognitiva confronta
directamente estos patrones disfuncionales de pensamiento. La terapia cognitiva
puede concentrarse en aquello que, para la persona con trastorno obsesivo
compulsivo, convierte a las consecuencias de los eventos temidos en algo tan
inaceptable.
Existen algunas
limitaciones en la terapia cognitiva.
·
Funciona
mejor si la persona es capaz, a nivel intelectual, de entender el pensamiento abstracto.
·
Desafortunadamente,
con frecuencia la ansiedad y la depresión interfieren con la capacidad de la
persona para concentrarse en sus creencias erróneas con la fuerza suficiente
como para cambiarlas de un modo efectivo.
Bibliografía
C., P.,
& M., H. B. (2003). Guía práctica del TOC. Pistas para su liberación.
Desclée de Brouwer.
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