Elementos de la relación que debería tener consigo mismo o, dicho de otra forma, los componentes de una adecuada autoestima:
a) Ayuda y apoyo
Cuando la relación de un individuo consigo mismo no es positiva, se escatima la ayuda que se presta y, desde luego, el apoyo emocional que se proporciona. Por ejemplo, imaginemos a una persona que está conduciendo su vehículo que, de repente, comienza a frenarse y a echar humo. Se estaciona el coche en el arcén y se sucede esta cadena de pensamientos: "¡Lo que faltaba! ¿Qué voy a hacer ahora? Todo me sale mal, no doy una a derechas... Ahora no llegaré a tiempo al trabajo, me van a echar la bronca, y a ver cómo voy a la tarde a hacer la compra sin el coche... " Como podemos observar, durante un tiempo respetable el individuo hace de todo menos ayudarse con su problema, menos resolverlo, que es lo que antes hemos expuesto que se realiza con un ser querido dentro de una relación positiva con él.
En este sentido, imaginemos ahora que el individuo no es el conductor, sino que es un pasajero del vehículo, mientras que el dueño del mismo es un ser querido. Si se produjera una situación similar y se dejara el coche en el arcén, observemos lo que sucedería si dicho individuo le dijera esto al conductor: "¡Lo que falta ha! ¿Qué vas a hacer ahora? Todo te sale mal, no das una a derechas ... Ahora no llegarás a tiempo al trabajo, te van a echar la bronca, y a ver cómo vas a la tarde a hacer la compra sin el coche ... " ¿A que lo notamos muy extraño? Desde luego, con amigos así, no hacen falta enemigos. Seguro que la reacción normal habría sido más o menos así: "¡Qué mala suerte!, vamos a llamar al trabajo para avisar de que hemos tenido una avería, y después buscamos el teléfono del seguro para que pase la grúa a recoger el coche ... ". En unas circunstancias como estas, lo que se hace dentro de una relación positiva es ayudar, sin más; es decir, contribuir a solucionar el problema en la medida de lo posible, no limitarse a sufrir.
Otro ejemplo: un estudiante tiene un examen la semana próxima y anda un tanto justo de tiempo para completar el temario. Imaginemos que su autoestima no es la adecuada
y que piensa más o menos esto: "¡Madre mía! Me queda una semana, pero tengo muchos temas por estudiar. Como no me dé tiempo, seguro que suspendo, y si suspendo la llevaré para septiembre. A este ritmo lo voy a tener complicado. ¿Y si no me concentro bien por la tarde y no puedo estudiar el tema que tenía pensado? Ya verás, no me va a dar tiempo". Imaginemos ahora a alguien que acaba de romper una relación: "Esto es insoportable, nunca voy a encontrar a otra persona como ella y seguro que me quedo solo toda la vida. Seguro que he hecho un montón de cosas mal". Son dos ejemplos de situaciones complicadas en las que la persona, en lugar de experimentar su propio apoyo, se deja llevar por la negatividad.
Realmente, más que seres queridos parecen auténticos demonios que disfrutan con el sufrimiento del otro, o que intentan que no levante cabeza para nada. Si parece injusto e incluso cruel este tipo de trato, ¿por qué una persona con baja autoestima es capaz de infligírselos? Si con un ser querido es injusto, ¿por qué con uno mismo sí es justo? ¿Alguien se merece esto?
Si dentro de una relación positiva convenimos es que es normal ayudar al otro y apoyarlo emocionalmente, habrá que aplicarse el cuento y actuar de esta manera, sin escatimarse nada. Habrá que tratarse a uno mismo exactamente igual que se trata a un ser querido, y si a un ser querido se le ayuda cuando tiene un problema o se le apoya si está pasando un mal momento o le aparecen complicaciones, lo lógico será que se proceda igual con uno mismo.
b) Protección
De la misma forma que alguien defiende o protege a un ser querido, el dependiente emocional deberá hacer lo propio con él mismo. Existen dos tipos de ataques en estos casos: los que provienen del exterior y los que provienen del interior, y con los dos habrá que proceder exactamente igual, tal cual se llevaría a cabo con alguien significativo en el contexto de una relación positiva con él.
No cabe duda de que en el caso de un dependiente emocional la principal protección que tendría que llevar a cabo es la que concierne a su relación de pareja. Por ejemplo, si el compañero empieza a insultar o a menospreciar al dependiente, lo normal será que se proteja de esos ataques. ¿O vería normal ese dependiente un encogimiento de hombros o incluso una asunción injustificada de culpas si esa situación se estuviera produciendo con un ser querido? Seguro que en este caso se saltaría en defensa de dicho ser querido, en lugar de decirle que algo habrá hecho que esté mal o que se fastidie para preservar la relación a toda costa, que esto es más importante que su persona.
En el caso de la protección ante ataques del interior, de uno mismo, entramos en el terreno de la autocrítica destructiva, que obviamente habrá que diferenciar de la constructiva que sí es sana.
c) Consuelo
A un ser querido se le reconforta cuando está atravesando un mal momento. Si una persona que nos importa nos cuenta que acaba de suspender una oposición y
que se encuentra abatida, lo lógico será que la intentemos consolar. Lo mismo debemos de hacer hacia nosotros mismos.
d) Elogio
Valorar positivamente a alguien importante para nosotros, centrarnos en sus puntos fuertes sin cebarnos en sus carencias o reconocerle sus logros compartiendo la alegría con él forma parte, de una relación positiva con dicha persona. Por lo tanto, la valoración positiva de uno mismo, en la que se consideren las virtudes en lugar de fijarse obsesivamente en los defectos, es una de las piezas clave de la relación que el dependiente deberá tener consigo mismo.
e) Amor incondicional
A las personas que queremos no les ponemos condiciones para quererles, no tienen que cumplir determinados requisitos como si se tratara de una selección de personal para que nos dignemos a hacerles caso. A las personas, cuando se las quiere de verdad, se las quiere como son siempre y cuando, por supuesto, exista una relación positiva en ambas direcciones. Pues bien, si algo falla cuando alguien se lleva mal consigo mismo, como es el caso del dependiente emocional, es precisamente el amor incondicional.
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